⁰⁵;; Fugitivo.

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"Busquenlo, no podrá ir tan lejos"

Caminé por las oscuras calles únicamente iluminadas por la tenue luz blancade la luna, seguí caminando como pude con el corazón latiendo amenazas de detenerse en cualquier momento, me desplazaba sin destino como si me pesara la vida cada paso, más que caminando, arrastrandome como un pobre diablo en su miseria, con una mano trataba de detener la hemorragia en mi hombro izquierdo.

¿Por qué huía? Ni yo lo sabía, tal vez por reflejo o instinto, todo este tiempo lo hacía por instinto, él no lo hubiera querido así...

Pero él ya no estaba.

Un llamativo cartel luminoso esfumó cualquier pensamiento suicida, entré a ese local vacío, no para esconderme ni para seguir escapando, necesitaba un trago.

—Disculpe señor, ya estamos por cerra... —El ruido del arma que deje posada sobre la barra interrumpió su aviso, quedándose congelado analizando cada uno de mis movimientos hasta que me senté en la banqueta, la hemorragia ya se había detenido, pero la gran mancha de sangre en mi camisa seguía húmeda.

—Si, descuida, ya me iré —Dije mirándolo fugazmente de vez en cuando —Dame lo más fuerte que tengas —

—C-claro, señor —Asintió ese joven de acento forastero y ojos azules saliendo de su estado de shock y sirviendome en un vaso diminuto esa bebida transparente de una botella de vodka.

—¿De dónde sos? —Le pregunté en lo que me alcanzaba ese pequeño recipiente.

—De Laguna Larga —Respondió.

—Córdoba —Dije con nostalgia a lo que él asintió —Ya veo —Sonreí, llevándome a la boca la bebida y tragandola quejándome inevitablemente del ardor insoportable en mi garganta que hace mucho no sentía, a él no le gustaba ese vicio mío.

¿Por qué tuvo que terminar así? ¿Este era nuestro castigo solo por amarnos? Yo debí ser aquel al que le atravesara esa bala, si tan solo no lo hubiera dejado solo, tal vez las cosas serían diferentes, pero no, el ya no está ¿Y que puedo hacer yo si no esperar sentado a que me llegue mi karma?

"¡JULIAN! Resistí un poco más mi amor, ya viene la ambulancia, quédate conmigo, por favor..." Le hablaba, le ordenaba intentando mantener la calma aguantandome las lágrimas que nublaban mi vista.

"Enzu, amor, te amo" Me decía entrecortando sus palabras en cada respiro dificultoso, manifestamdome así, con su último aliento, todo el amor que guardaba su débil cuerpo.

"Juli, yo también te amo, pero por favor, quédate conmigo un ratito más, por favor" Suplicaba, acariciando su somnoliento rostro pero rogando con todas mis fuerzas que no cayera ante el sueño, pero no, mientras cariciaba sus mejillas pálidas desentendidas de ese hermoso carmín que las cubría y limpiaba las lágrimas de la comisura de sus ojos, veía como estos se desvanecían esfumandose así cualquier leve aliento de vitalidad dejando también en sus labios rastro de un suspiro con el último "te amo".

Y ahí se fué mi único, primer, verdadero y eterno amor de mi vida, llevándose consigo todo mi ser y mi amor, dejandome solamente una foto de nosotros la cual llevaba conmigo a todas partes, la saqué de mi bolsillo y la admiré ni bien me terminé el tercer trago de vodka.

Escuché detrás mío la puerta abrirse haciendo sonar la campanita en ella, ví que el chico de ojos claros levantaba las manos asustado, ya sabía quién era.

—Bajá el arma Paredes, no me voy a ir a ningún lado —Le dije a mi amigo dándole la espalda, el bartender bajó los brazos lentamente y supe que había hecho lo que le dije, siento su presencia acercarse sin ningún tipo de amenaza.

—Amigo, tengo que llevarte —

—Si, ya sé, no me voy a resistir —Le contesté ya cansado de la persecución sin sentido. Un silencio invadió el lugar entre los tres presentes y el bartender que se relajó un poco más al ver un policía presente quien tomaba asiento a mi lado esperando otra palabra de mí —Él no hubiera querido que me siguiera haciendo el pelotudo —Suspiré, aún con la vista en la foto entre mis manos.

Juli...mi Juli, mi Juli siempre fué fanático de la libertad, incluso cuando todo el mundo nos dió la espalda él siguió firme a la fantasiosa idea de profesar nuestro amor sin miedo alguno, con la sociedad en contra y aunque su propio projenitor le hubiera dado fin a su vida a sangre fría, lo conocía muy bien como para saber que lo que más quería es que existiese la paz y justicia en este horrible mundo, yo ya había tomado justicia a mano propia el momento en el que gatillé para cobrarle a su padre la misma vida que me arrebató, pero si eso también significaba que tendría que cumplir igual algún deber con la sociedad, lo haría sin importarme nada, porque lo único que me importa ya no está y si a él le hubiese parecido correcto, no tenía nada que perder.

—Él fué una buena persona —Habló el oficial a mi lado, seguramente observando lo mismo que yo —No se lo merecía —

—Cerrá el pico Lea y lleváme de una vez que ya están por cerrar —Bromeé y así lo hizo, se puso de pie riéndose y junto mis manos en mi espalda para encerrarlas en las esposas, no sin que antes guarde la tan preciada foto en mi bolsillo —Ah, pagale al muchacho y dale propina extra por el susto —Le avisé, él acata a la orden, paga con su propio dinero, me río por eso y el me guía hasta la salida de ese bar en dónde me esperaba una patrulla que primero me llevaría al hospital.














...












"El día de ayer un expreso se suicidó aventandose a una ruta por dónde pasaban autos a gran velocidad ni bien le dieron su completa libertad luego de tres años, según el oficial que lo conocía y lo visitaba en la cárcel confiesa que fué detenido por matar al asesino de su pareja y luego de una prolongada persecución decidió entregarse pasivamente a la justicia. "Él me confesó una de las tantas visitas que una vez cumplida su condena tomaría esa decisión. Sinceramente no me lamento, su familia lo dejó de lado por su relación y había perdido lo único que le importaba, si sigue siendo una pena enorme para mí, pero aunque no soy creyente pienso que él está en un mejor lugar al lado de su amado" Fueron las palabras de este policía"













...














Desperté de pie frente a la puerta del departamento 108, me acerqué a esta y ni bien tome la manija entre mis manos para abrirla me llegó un nostálgico holor a pan recién horneado que dibujó una amplia sonrisa en mi cara, abrí la puerta entrando a ese espacio que encandilaba de luz solar que entraba por la ventana entonces lo veo de perfil, viendo tan concentrado la tele que transmitía un partido de River, él con la camiseta del equipo.

Me acerqué lentamente por su costado, me acerqué a su oído y le susurré —¿Quien va ganando? —Le pregunté.

—No sé, estás gallinas parecen que tienen pata dura y Gallardo... —Se detiene cuando por fin se gira a mirarme, su expresión de enojo pasa a ser de sorpresa en cuestión de segundos al comprender la situación —¡ENZO! —Se lanza a mi abrazándome por los hombros, gesto que correspondo —Pero ¿¿Cómo?? ¿Por qué??? —

—Digamos que no ví bien al cruzar la calle —Le sonreí, al fin y al cabo no era del todo mentira.

—Que pelotudo —Me dijo entre risas antes de besarme, acurrucar sus labios con los míos de la forma que tanto añoré, tan cálido, tan familiar, se sentía como estar en mi hogar otra vez después de atravesar por mil infiernos.

—No tenés idea lo que te extrañé —Le dije al separarnos, viendolo a los ojos, esos hermosos ojos marrones, mieles ante la luz, sus mejillas colorearon de nuevo con ese suave carmín y yo me sentía en las nubes ¿Quien envidia a los angeles por volar? Escuché gritos y celebraciones más el comentarista que anunciaba un gol del equipo blanco y rojo —¿Decías? —Cuestioné

—Vos me diste suerte —Sonríe y vuelve a besarme.

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2023 ⏰

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One shots;; EnzolianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora