♡instinto primario ♡

2 capitulo

Habían pasado casi cuatro semanas desde que Iruka entró en celo de camino a casa y se detuvo para darse placer y ordenar su celo en un claro. Ahora estaba en medio del verano, y como la escuela estaba en un receso durante el verano, se había tomado sus vacaciones.

Iruka estaba nervioso, estaba a solo unos días de su celo y, por alguna razón, deseaba desesperadamente volver al claro en el que se había detenido para darse placer la última vez que lo tuvo.

El recuerdo del olor dulce y embriagador lo atrajo, el recuerdo lo inquieto y le hizo difícil concentrarse. Antes simplemente comenzaba a tomar su medicina supresora, para evitar que su calor llegara, pero esta vez queria sentirlo. Queria sentir ese placer adictivo de nuevo.

No estaba seguro de si debía maldecirse o alabarse a si mismo mientras caminaba por las grandes puertas del pueblo, dirigiéndose al bosque por el sendero que lo llevaría al área del claro. Tardó unas horas en llegar, pero pudo llegar antes de la puesta del sol.
Se había distraído durante su última carrera, pero este era en realidad un buen lugar para acampar. Había un arroyo cerca, y grandes campos abiertos con muchas hierbas y plantas medicinales creciendo, y los árboles eran grandes y viejos, brindándole una agradable sombra en el calido día de verano.

Puso su tienda, hizo su fogata y se acostó junto a ella. El sol ya había comenzado a ponerse, y había una brisa agradable atravesando el campamento.

Iruka cerró los ojos y lo olió, pero no podía oler el olor embriagador que había olido la última vez que había estado aquí. Probablemente había sido su calor lo que le había dado esas sensaciones, y debería estar sintiéndolas en los próximos días. Tragó saliva, colocando su brazo sobre sus ojos mientras yacia de espaldas.

¿Fue realmente una buena idea? Estaba fuera, desprotegido, y planeaba dejar que su calor lo golpeara con toda su fuerza. Sabía que era estúpido, pero una parte de él no pudo resistir la idea.

Kakashi había visto el rostro solemne de Iruka mientras el moreno caminaba hacia las puertas del pueblo. No había hablado con el hombre desde que había presenciado el celo del moreno hace un mes, y estaba contento.

Las imágenes mentales del cuerpo ágil y sexy destrozando lo habian perseguido, y podía recordar ese cuerpo bronceado en cada detalle desde que había grabado la imagen en su mente con su Sharingan. Había perdido la cuenta de cuántas veces se había dado placer el último mes mientras recordaba al omega y su delicioso calor.

Mientras observaba a Iruka salir de la aldea con una mirada de determinación en su rostro, Kakashi pensó que al hombre se le debía haber dado una misión fuera de la aldea, y no pensó más en eso.

Se dirigía al Hokage para una sesión informativa antes de su propia misión ANBU a la que se iría más tarde esa noche, por lo que se quitó de la cabeza al omega por ahora.

Fue en algún momento después de la medianoche que Iruka comenzó a sentirlo. Se despertó de un tirón, sintiendo el sudor brotar por su cuerpo, haciéndolo temblar. Estaba a punto de comenzar su celo. Solo unas pocas veces en su vida adulta había pasado por todo su celo, por lo que no estaba seguro de qué esperar de él además de un placer alucinante.
La poca experiencia que tenía con él le decía que probablemente lo golpearía con toda su fuerza en algún momento de la mañana o más tarde durante la noche. Se relajó y lo abrazó, dejando que sus manos comenzaran a acariciar su propio cuerpo con anticipación.

Kakashi no estaba seguro de por qué había tomado este camino en particular desde el pueblo cuando se fue a su misión. En todo caso, este camino tomaría un día más que el que tenía la intención de tomar, pero pronto se encontró acercándose al claro en el que había visto a Iruka entrar en celo un mes antes. Ya desde la distancia, podia olerlo. El olor del omega en celo. Conocía este olor, lo había perseguido durante un mes y lo hizo acelerar sus pasos a medida que se acercaba a la fuente. Una pequeña voz en el fondo de su mente le dijo que esto era peligroso, que no era prudente acercarse al omega, pero la hizo callar.