Harry era introvertido.
Louis era extrovertido.
Harry era amable.
Louis es egocéntrico y arrogante.
Harry era el presidente del consejo escolar.
Louis salía de fiesta cada fin de semana.
Harry estudiaba leyes.
Louis estudiaba fotografía.
Harry era d...
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Harry suspiró con molestia.
Se miró a sí mismo en el espejo del baño de la universidad y solo podía sentirse molesto. El cuello largo de su camiseta comenzaba a picar en su piel y sus muñecas aun tenían las marcas de las esposas.
No podía concentrarse en absoluto.
Estaba seguro de que reprobaría su examen de Derecho civil.
Aunque no era su culpa...
En definitiva no era su culpa que cada que cerraba los ojos solo podía recordar a Louis mordiendo sus muslos, a Louis besando su cuello, a Louis azotándolo, a Louis sonriéndole esa mañana, Louis, Louis y más Louis.
Era prácticamente instintivo intentar esconderse si cada que lo veía solo sentía esa estúpida necesidad de arrodillarse frente a él y dejar que lo usara de nuevo, dejar que se divirtiera.
No estaba enamorado, definitivamente no. Quiso creer que no era nada más que aquel deseo carnal tan intenso, lo deseaba tanto porque estuvo demasiado tiempo en abstinencia y bueno, el sexo vainilla le aburría como para simplemente acostarse con alguien en una fiesta de la universidad.
Diría que lo normal le parecía aburrido...
Pero para él lo normal era arrodillarse para alguien, usar collares de pertenencia y basar sus acuerdos en su nivel de masoquismo y un contrato firmado.
Su definición de normal no era la más común, pero le encantaba.
Louis le otorgaba esa normalidad que tanto deseaba; vamos, no podían culparlo, él era un buen dominante y Harry simplemente quería tener una vida sexual activa de la forma que le gustaba.
Estaba jodido. ¿Por qué ese buen dominante no pudo ser alguien más? ¡Estaban en un maldito bar bdsm, ¿no pudo encontrar otro?!
Miró su celular con una llamada entrante de Niall; de inmediato recordó que tenían un examen en media hora y su amigo quizás querría repasar un poco antes.
Se lavó la cara con rapidez, estaba preocupado por sus exámenes y necesitaba despejar su mente, así que ese repaso le vendría bien.
Sin embargo, se sorprendió cuando al levantar la cabeza del lavabo para peinar su cabello, logró observar por el rabillo del ojo a Louis, quien estaba a un par de metros detrás de él, mirándolo con intensidad por el espejo.
—¡Mierda! ¡Eres tan malditamente silencioso!
El contrario no tardó en marcar una sonrisa suave y arrogante —O tú eres muy ruidoso.
Harry de inmediato notó el doble sentido en su frase, inconscientemente mordió su labio con fuerza al sentir sus mejillas calientes.
—Yo ya me iba —se acercó con determinación a la salida. Louis, por otro lado, no había terminado con él, por lo que se interpuso en su camino, impidiéndole siquiera acercarse al pomo de la puerta —. Hazte a un lado, tengo que irme.
