Harry era introvertido.
Louis era extrovertido.
Harry era amable.
Louis es egocéntrico y arrogante.
Harry era el presidente del consejo escolar.
Louis salía de fiesta cada fin de semana.
Harry estudiaba leyes.
Louis estudiaba fotografía.
Harry era d...
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No podía dejar de mirar el color zafiro en sus ojos.
Sentía la suavidad del collar en sus manos y la mirada expectante de Louis clavada en él.
—Louis...
El cambio de expresión en el contrario fue prácticamente inmediato; iba a rechazarlo y lo sabía.
—Harry, tengo muy presente que yo no soy tu persona favorita en el planeta, pero la pasamos bien juntos y si quieres tiempo para pensarlo está bien. Sabes a la perfección que jamás te presionaría a hacer algo que no desees.
Nunca creyó siquiera considerar la posibilidad de los dos juntos; se sentía surrealista.
—¿No haremos un contrato?
—No, a menos que quieras uno.
Su vista volvió a bajar en dirección al collar y luego regresó a la mirada brillante del mayor.
Suspiró antes de tomarlo entre sus dedos y entregárselo.
—Harry...
—¿Me lo pones? —sonrió con inseguridad antes de girarse, tomando su cabello para hacerlo a un costado.
Un escalofrío lo recorrió al sentir las manos de Louis acariciar la piel descubierta de su cuello y un suspiro se escapó de sus labios al escuchar el pequeño 'clic' del broche, seguido de un corto beso sobre su nuca.
—Date vuelta, quiero ver cómo te queda —ordenó en voz baja.
Acomodó su cabello levemente antes de acatar la orden y girarse para mirarlo frente a frente, a pesar de ser más alto que él, se sentía tan pequeño.
—Te queda genial.
—Me gustaría tener una plática contigo... Si voy a ser tu sumiso me gustaría establecer algunos límites y conocer los tuyos, ya sabes, ese tipo de cosas.
Louis asintió mientras estiraba su mano para acariciar uno de los largos rizos del menor —Esas cosas son importantes, así tenga que escucharte por horas, lo haré para mantenerte seguro. Quiero que te sientas seguro conmigo.
—Gracias... — susurró; a pesar de ser los únicos en el lugar, temía que alguien pudiera escucharlos.
—¿Tienes que regresar a casa ahora?
—No... puedo pasar aquí días y nadie se daría cuenta.
El mayor alzó una ceja, sin embargo, prefirió ahorrarse cualquier comentario al respecto —Tengamos esa plática.
—De acuerdo...
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