7.

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Siento que estoy flotando.

Mi cuerpo no parece mío. No puedo sentir nada. El dolor que me llevó a la inconsciencia se ha ido.

Ahora solo hay vacío.

Lo último que recuerdo fue ser emboscado por más de cuatro rogues luego de asesinar al primero. Creí que sería fácil, pero los rogues eran más grandes de lo normal y todos tenían espuma en la boca. Ya no había rastro de humanidad en ellos. Nada los separaba de animales.

Recuerdo sus dientes enormes. Sus garras filosas como mis dagas. El pelaje oscuro que parecía manchado de sangre. Claramente puedo ver en mis recuerdos los ojos, negros como la noche, observarme como si fuera una presa. Como si deseara matarme.

Tuve que matarlos.

Si no lo hacía, ellos...

Despierto de golpe, con los recuerdos de la muerte tan frescos en mi cabeza que no puedo evitar retorcerme y gritar mientras el fantasma de las garras infernales de aquellos lobos se pasea sobre mi piel, o al menos así se siente. Tengo que quitarmelos de encima. Me van a matar.

Estoy en peligro, estoy en peligro...

No sé dónde estoy ni por qué. Solo sé que tengo miedo y mis miembros se sacuden de un lugar a otro, peleando contra un enemigo imaginario. Quiero vivir. No quiero morir.

-¡Rory!

¿Quien...?

Es Donovan quien me llama.

Dejo de pelear y al instante mi vista se aclara.

Estoy en una habitación pequeña. Las paredes son de madera. Donovan está a mi lado. Yo estoy en una cama.

Y me duele todo.

—¿Dónde estoy?— pregunto, sorprendido al oír mi voz ronca y áspera.

Donovan no me responde.

Muevo mi cabeza e intento ver a mi alrededor, pero me duele demasiado el cuerpo Mis labios dejan salir un gemido de dolor que pronto se convierte en grito cuando una punzada de dolor atraviesa cada músculo de mi cuerpo. El dolor es insoportable. No puedo pensar en nada más que en éste abrumador dolor.

Siento las manos de Donovan sobre mi cabeza en lo que asumo es una caricia. Sus manos son cálidas. Casi me distraen por completo del dolor.

Una punzada atraviesa mi cabeza y no se detiene allí.

Todo mi cuerpo duele. Duele tanto que aprieto el brazo de Donovan tan fuerte que lo habría roto si él fuera un humano. Grito. Grito hasta que mis cuerdas vocales arden como si hubiera fuego en mi interior.

Donovan sostiene mi brazo. Cuando empiezo a convulsionar, siento su cuerpo sujetarme contra la cama de manera que soy incapaz de moverme libremente. No puedo hacer nada. Solo retorcerme y gritar.

Recibo la inconsciencia con brazos abiertos. No deseo nada más que descansar.

Cuando logró abrir los ojos de nuevo, ya no siento dolor. Mi cabeza está clara. Mis pensamientos son lógicos. Lo único que me molesta es no sentir a Donovan junto a mi.

Todo me duele.

Me sorprende incluso ser capaz de levantarme, pero lo hago. Siento resistencia en cada músculo y nervio de mi cuerpo. No obstante camino. El dolor es algo a lo que un cazador debe acostumbrarse porque es nuestro fiel compañero. Somos humanos, después de todo. Humanos que pelean contra criaturas tan majestuosas cómo letales.

Estoy en una enfermería. Hay vendas en todo mi cuerpo, la mayoría en mi cuello y pecho. Uno de mis brazos está cubierto por un yeso. Mi espalda se siente como si hubiera dormido sobre vidrio. Y sí, sé cómo se siente eso.

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⏰ Last updated: Jul 06, 2023 ⏰

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El Alfa Del Cazador. BxbWhere stories live. Discover now