Cincuenta y cinco

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El doctor observó atentamente la imagen en la pantalla de la computadora, frunció un poco el ceño, anotó algo en una libreta.

-Moguri, ya eres libre, cambiate tranquila que te están esperando afuera- dijo por el micrófono, su sonrisa se notaba en su voz.

Se volteó hacia Tzuyu y a la señora Hirai.

-Seré rápido—dijo, mirando a Tzuyu—. Lo que sea que le esté ocurriendo a Momo, no es por su tumor.

Ambas frunciero el ceño.

Tzuyu estaba repentinamente enojada.

-¿Qué es entonces?— preguntó.

-Es lo que voy a averiguar— dijo el hombre-.Como ven- se apartó para ver la pantalla-. El tumor se redujo, no debería ser el problema, los medicamentos funcionaron y... -su voz se cortó de golpe. —¿A qué hora toma sus medicamentos?

-Mediodía- respondió la señora Hirai.

—¿Los tiene?— preguntó el doctor, interrumpiendola, la mujer asintió, buscando en su bolso hasta encontrar la pequeña cajita, que el doctor abrió para buscar el papel que venía con los remedios-. Contraindicaciones. Puede provocar aumento de la presión arterial- leyó, alzó la vista hacia ambos-. De ahí el sangrado.

>> ¿Conocen a alguien hipertenso? Son muy propensos al sangrado de nariz, sus capilares se rompen con facilidad. Es una forma que tiene el cuerpo de regular la presión.

El hombre dejó la caja sobre el escritorio.

-Le buscaré otros, pueden dejar las cajas que no tengan abiertas y se las reemplazaré - ofreció. Las contraindicaciones pueden aparecer en cualquier momento del tratamiento- dijo. Lo más normal es que aparezcan en los primeros días, pero hay muchos casos de que aparecieron semanas después.

>> De todos modos, si no recuerdo mal, desde hace un mes que está con estos medicamentos, ¿verdad?

Ambas asintieron.

-Sigue siendo poco tiempo-dijo el hombre —. Han hecho su trabajo, pero no funcionan cuando se presentan contraindicaciones, se los cambiaré.

-Y... ¿Los desmayos?— preguntó Tzuyu.

-Esos sí son más comunes en pacientes con tumor cerebral, recuerden que los medicamentos no funcionan bien con contraindicaciones, no hacen mucho para luchar contra los sintomas—dijo—. No son muy graves, sólo duran unos minutos como mucho, si está inconsciente por más de tres o cuatro minutos ahí es cuando tienen que preocuparse.

Tzuyu miró a la señora Hirai.

-No llegaron a durar eso― dijo la mujer —. Parecen eternos, pero no creo que hayan llegado a tres minutos.

El hombre abrió la boca para hablar de nuevo, pero miró el reloj en su muñeca, alzó la vista a Tzuyu.

-Quizás deberías ir con ella—dijo.

La pelirroja asintió, se levantó del asiento sin dudar y salió de la sala.

♡Loud²~MotzuWhere stories live. Discover now