Malos entendidos.

Encuentro (sale bien)

Neville estaba cansado, la noche anterior sus amigos habían decidido hacer tarde de películas y había terminado durmiendo hasta tarde, sumamente tarde. Y ahora que finalmente despertaba, siendo bastante tarde para siquiera considerarse mañana se da cuenta de que ninguno de ellos está allí.

En ocasiones era frustrante (y triste) no tener más amigos. Porque era un introvertido en un grupo de extrovertidos y ocasionalmente era dejado de lado (por decisión propia) al no estar directamente incluido en los planes que estos hacían.

El rubio suspira, continuando su caminata por los pasillos en busca de algo con lo cual distraerse. Porque pasar todo el día encerrado en su habitación era patético incluso para él.

—Hey, Longbottom —una voz llama a sus espaldas, y el mencionado inmediatamente reconoce de quien se trata.

Su rostro enrojece en vergüenza y casi tiembla, Theo se estaba dirigiendo hacia él directamente, le estaba llamando. ¿Aquello no era algo bueno?

—Hey —responde luego de unos segundos, girando para encarar al más alto, quien le ofrece una sonrisa cordial pero que es suficiente para alborotar el corazón del contrario.

Su torpe y fácil de ilusionar corazón.

—Lamentó molestarte, ¿Harry no está por aquí? —pregunta, acercándose un poco más para no tener que gritar.

Neville se da cuenta que el ojiverde si había logrado acercarse con éxito al contrario, y aquello le alegró un poco. Sin embargo una ligera molestia se instaló en su estómago reemplazando el sentimiento positivo.

Solo me busca para preguntar por Harry — Piensa, no queriendo molestarse. Al final se había puesto en la mira del pelinegro por su amigo, y él le había pedido aquello.

No tenía derecho de quejarse. Además, debía admitirlo, no había persona que no quedara encantada por su amigo ojiverde.

El mismo estaba encantado por este.

—Salió con Cedric esta mañana pero volverá en un par de horas, si gustas puedo comunicarle lo que querías decirle —ofrece amigable y servicialmente, como su personalidad lo dictaba.

Una mueca se instala en la expresión del Slytherin. Neville cree que se debe al no obtener una respuesta positiva.

—¿Te refieres a Diggory? El chico Hufflepuff, el niño de oro, ¿no?

—Harry es el niño de oro —corrige, porque para él su amigo superaba a Cedric en ese sentido—, pero si, me refiero a ese Cedric —aunque en realidad Neville ni siquiera conoce a algún otro con ese nombre.

—¿Sabes por qué salieron? —pregunta, tal vez demasiado interesado en aquello.

Pero están extendiendo su platica, y el rubio está feliz con ello.

—Cedric suele invitar a Harry a almorzar de vez en cuando, o salir simplemente. Ya sabes, no es que sea una ocasión especial —explica tranquilamente, dándose cuenta de que estaba tomando más confianza. Hablando sobre algo que sabía.

Se sentía bien. Hablar con la persona que le gusta con esa confianza, eso se sentía bien.

—Si, lo siento. Debo sonar obsesionado —parece avergonzado de preguntar aquello, por algún motivo desconocido para el Gryffindor.

—Tranquilo, no eres el primero en preguntar por Harry de esa manera. Tiene ese encanto supongo —duda, no queriendo seguir hablando de su amigo con el chico que le gusta.

—Lo tiene —Theo está de acuerdo con una pequeña sonrisa que si bien no esta realmente dirigida hacia el, hace que su corazón se acelere—, bien, gracias. Y no es necesario comunicarle nada. Creo que mejor lo buscare después —desiste de aquella propuesta, pareciendo listo para marcharse.

Neville no quiere que se marche.

—Oye —llama, su tono de voz suena casi tan insegura como se siente, sin embargo intenta reponerse—, mis amigos no están, ¿podría pasar el rato contigo? —pide, intentando no temblar ante la mirada del contrario.

Theo asiente, despreocupado. Porque no era un chico grosero ni mucho menos, Neville lo sabe.

—¿Por qué no? —le sonríe, de aquella manera cordial.

Neville puede notar que es diferente a la manera en que le sonríe a sus amigos, también a la manera en que le sonríe a Harry. Sin embargo lo atribuye a que es la primera vez que hablan directamente sin nadie de por medio.

Lo considera una victoria. Harry estaría orgulloso de él.

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—Y entonces le comencé a platicar sobre mi gusto por la herbologia y como espero convertirme en un profesional en un futuro. En un inicio creí que le aburriría porque ya sabes, no es lo más interesante...

—Sabes que odio que digas eso, es lo que te apasiona y tú simple fascinación lo hace interesante —Harry le interrumpe—, ¿el azul zafiro o el azul grisáceo? —pregunta, mostrando dos sueteres que había comprado ese día.

—Me gusta como el azul zafiro luce en ti —Neville responde antes de continuar—. Y luego me pregunto si tenía alguna muestra sobre mi trabajo, y lo llevé a mi espacio donde suelo cultivar y... fue increíble porque todo el tiempo estuvo haciendo preguntas y lucía interesado, ¡interesado en algo que yo decía!

Harry asiente, sonriendo levemente ante su emoción.

—¿Ves? Puedes mantener conversaciones con él, solo es cuestión de que lo intentes y entables una amistad con Theo —le recuerda.

—Si pero... no lo sé, no es como que pueda ir y simplemente pararme frente a él cualquier día.

—Poco a poco, no esperes besarlo apenas le comiences a hablar —Harry ríe, divertido cuando nota el enrojecimiento en las mejillas del contrario.

Hay unos cuantos momentos de silencio antes de que el rubio lo rompa.

—¿Para que estas escogiendo ropa? —pregunta curioso, decidiendo que ya habían hablado mucho de Theo.

Siempre le gustaba escuchar las cosas que su amigo hacía, ya que incluso si no solían ser ideales para su propia personalidad eran bastante interesantes. Su amigo era sumamente interesante.

—Adrian, Tori, Pansy y yo iremos a un concierto mañana —explica, dudando—, creo que llevaré una chaqueta mejor. El suéter es lindo pero no se.

—¿Que concierto? —pregunta, medianamente curioso.

—No es de un artista en sí, serán varias presentaciones —responde de forma distraída—, mi padrino Sirius nos consiguió los boletos, dice que fue muy difícil pero lo logro.

El rubio asiente, imaginando que si Sirius tenía problemas en conseguir algo era porque realmente era difícil hacerlo.

—¿No haz hablado con Theodore últimamente? —cuestiona sin poder evitarlo. Desde que el ojiverde sabía de sus sentimientos hablar de él era tan fácil como respirar. Eso tomando en cuenta que nadie más sabía.

—Está tarde —responde vagamente—, me lo encontré en la biblioteca, me ayudó con una tarea y me dio chocolates que llevaba consigo. Es raro, no parece un chico fanático de las cosas dulces pero tiene buen gusto, eran mis favoritos sentí que moría con cada bocado.

Neville asiente, pareciendo levemente confundido mientras habla.

—Es lindo contigo...

—Le agradó y me agrada —Harry le mira con una pequeña sonrisa—, supongo que conectamos bien.

Neville asiente, su sonrisa más tensa que minutos atrás. Diciéndose a sí mismo que no debía ser algo negativo. Su amigo conectaba con muchas personas sin necesidad de ser algo más profundo, como Cedric, Adrian,, Tori, Hermione.

Theo nunca había hablado con Harry antes, no era de los chicos que estaban detrás de su amigo mostrando algún tipo de interés, eso probablemente significara algo positivo para él, ¿no?