Indiferente.

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Harry no es el tipo de chico que dice cosas crueles cuando está molesto, que habla mal o se vuelve enemigo durante la neblina. No lo es, es el chico que prefiere pensar dos veces lo que va a decir, porque odia el sentimiento de arrepentimiento cuando la cabeza está fría luego de una discusión.

Así que luego de su discusión con Neville lo primero que hace es ir a volar, deseando eliminar la molestia que sentía recorrer todo su cuerpo con un poco de deporte. Tampoco es un chico rencoroso, no demasiado al menos. Por lo que es un poco sorprendente como incluso a la mañana siguiente, durante el desayuno no puede mirar a Neville sin sentir molestia, y no puede pensar en dirigirle la palabra a sabiendas de que lo que diría no sería agradable.

Aún no podía creer lo que había pasado.

Internamente siente la necesidad de disculparse, pero se siente un poco orgulloso y cuando Draco dijo "¿por qué debes ser tú quien se disculpe primero?" No pudo evitar darle la razón.

Sabe que Neville tiene derecho a sentirse traicionado y herido, sin embargo no puede evitar el mismo sentirse de esa manera.

Eso no evita que se sienta culpable por las tardes, culpable cuando disfruta los besos que Theo deja sobre sus labios o la forma en que abraza su cuerpo como si necesitara su contacto. Se siente culpable de no sentirse mal o arrepentirse de su decisión, porque le cosquillean los dedos y tiene sonrisas tontas cuando el contrario toma su mano.

Harry no está acostumbrado a ese tipo de emociones, se siente extraño y es como si estuviera aprendiendo sobre la marcha cómo comportarse.

Le gusta Theo, y mentalmente esta aquella pregunta de si algo habría cambiado de no haber aceptado la petición de Neville semanas atrás.

Probablemente lo haría. Aunque al mencionarlo el slytherin con el que está saliendo niega ante la posibilidad.

—Lo habría seguido intentando —explica, su mano deteniéndose de completar su tarea para ponerle completa atención–. Al menos te diste cuenta antes de que entrara al equipo de quiddich para impresionarte —Harry eleva la mano para golpear suavemente su hombro, observando la sonrisa que cruza el rostro del pelinegro y sintiéndose levemente avergonzado.

Hermione frente a ellos sonríe sutilmente, sintiéndose contenta de que sus mejores amigos estén saliendo por fin.

—No lo habrías hecho.

—Probablemente no, le tengo miedo a las alturas y me habría visto patético —admite—. Pero a qué habría sido una gran idea.

—Bueno —lo piensa un poco, considerándolo—. Si jugaras quiddich nos habríamos hecho amigos hace tiempo, me llevo muy bien con todos los jugadores.

—En realidad —Hermione interviene, atrayendo la atención de los otros dos y de paso la de Blaise que se encuentra a su lado—. Si lo considero al comenzar este año, tuvimos que recordarle que le daría un ataque de pánico y moriría antes de siquiera intentarlo.

—Y que no lo iban a aceptar ni de broma, por supuesto —añade el de piel oscura, burlándose de la clara falta de talento en deportes que tiene su amigo.

—¿Qué haces tú aquí? —el pelinegro le pregunta a su amigo, señalando el hecho de que no estaba haciendo ninguna tarea.

—Lo mismo que Harry —sonríe—. Acompañarles mientras queman sus cabezas con este ensayo.

—Deberían hacer sus tareas —Hermione recrimina, no sintiéndose molesta.

—Los chicos cool no hacen la tarea en la biblioteca —el slytherin a su lado se encoge de hombros.

Malos entendidos.Where stories live. Discover now