31. Una llamada

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(25 de enero, 8:40 AM, Motel Ensueño.)

De pronto, Phoenix abrió los ojos. Se sintió algo extraño, esa no era su cama, tampoco sus cobijas ni su cuarto. Le costó unos breves momentos recordar todo lo sucedido la noche anterior. Esa salida a la despedida con Edgeworth, el momento incómodo que pasó ahí, y desde luego la corona de la noche, su propia ida al cielo con Iris. Sonrió al rememorar cada momento. Se sentía curiosamente pleno.

(Vaya noche... Creo que ha sido una de las mejores en mucho tiempo.)

Bajó la mirada y se dio cuenta de que Iris se encontraba a su lado, desnuda como él, con su cabeza gentilmente encima de su pecho, abrazando el resto del torso de Wright como si fuera la almohada más cómoda del mundo. Sonrió más al verla ahí, tan hermosa como la veía en sueños.

(Tan linda... No sabía lo mucho que extrañaba verla dormir...)

—JJRRRRRRRR. —roncó Iris de un momento a otro. El sonido espantó un poco a Phoenix pero no fue para tanto. Solo se limitó a paralizarse un poco.

(Y bueno... Lo mucho que extrañaba escuchar esos ronquidos.)

—Jajajajaja... —rió un poco Phoenix en voz baja mientras volvía a ver el techo con una sonrisa enorme.

(Supongo que al final acabé acostumbrándome a sus ronquidos. Ni siquiera pensé en ellos cuando vinimos aquí... ¿Será un milagro? ¿Una recompensa por mi trabajo? ¿O solo era algo que acabaría pasando?)

Los espejos del techo le ofrecieron una vista completa de ambos desnudos bajo las sábanas. Solo la luz proveniente de entre las cortinas iluminaba la habitación, había cierto exceso de blanco y grises a juego. Un cuarto en silencio, con cierto olor a hule, pero agradable. Sin duda era una situación de ensueño; tanto así que no se la terminaba de creer. Pero, de un momento a otro, la sonrisa de Phoenix se fue.

(¿Qué significará toda esta situación? ¿Acaso... es símbolo de que volvimos? Rayos... Ahora no sé si será algo bueno cuando ella despierte...)

El destino tenía otros planes para esa mañana. De pronto el teléfono de Phoenix sonó, haciendo que ambos se sobresaltasen en la cama por la sorpresa. Iris especialmente, la cual brincó y se tapó su pecho rápidamente.

—¡¡Phoenix!! —exclamó de sorpresa nada más verlo.

—Bue-Buenos días, jaja. —saludó Wright algo nervioso, aún con el teléfono sonando de fondo.

—Buenos días... jeje. —hizo lo mismo Iris la cual le sonreía nerviosamente junto a un pequeño rubor.

Ambos recordaban perfectamente lo que pasó la noche anterior, pues ninguno había bebido. Al menos Iris no lo suficiente como para realizar un acto más allá de su sapiencia. Fue un acto que de verdad ambos querían hacer en el calor de la situación, y les constaba. Eso no quitó el larguísimo momento de silencio mientras cruzaban miradas con el teléfono de fondo.

—Creo que deberías... —comentó Iris.

—¡Ah! Sí, voy a contestar. —dijo Phoenix saliendo de su trance.

De esta forma, Phoenix giró la mirada a donde provenía el sonido, el cual era el amasijo de su ropa en el suelo de la habitación; anoche simplemente la tiró donde fuese. Se levantó con cautela, pues estaba desnudo; Iris miró en otra dirección con disimulo y una sonrisita. Sin más, Wright tomó su teléfono y contestó; era un número desconocido.

—Ah, ¿bueno?

—Buenos días, ¿me comunico con el señor Phoenix Wright? —preguntó un hombre con voz cordial.

El Corazón Que No Late - Phoenix Wright Ace Attorney +18Where stories live. Discover now