Instintos

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—¡XiChen! ¡Por fin despertaste! —exclamó asombrado acomodándose mejor en su lugar, pasando sus manos por sus mejillas para limpiar cualquier rastro de lágrimas, mientras lo veía.

—¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? —cuestionó examinándolo con la mirada.

Esperó un momento pero no obtuvo respuesta, el contrario solo lo veía intensamente sin decir nada, así que lo llamó de nuevo.

—¿XiChen?

—Yo...

Al oír como tenía la garganta seca le sirvió un vaso con agua y se lo tendió.

—Aquí, toma.

Lan XiChen recibió el agua con un pequeño asentimiento y lo bebió mientras aún lo veía fijamente.

Al darse cuenta de ello pensó que el contrario estaba incómodo con él ahí por lo que desvío la vista para darle algo de privacidad.

—Gracias —dijo al terminar de beber y le regresó el vaso.

—De nada —lo recibió y coloco en su lugar.

—XiChen.

—¿Mm?

—¿Yo me llamo XiChen? —preguntó este luciendo perdido.

—¿Si? —respondió inseguro— ¿No lo recuerdas?

Bien, estaba comenzando a preocuparse.

—No, no recuerdo nada... Todo es... Tan confuso.

Ante esa respuesta confirmó que había algo mal así que hizo el ademan de levantarse para ir a buscar al médico, pero antes de que pudiera fue detenido por la mano del alfa sujetando fuertemente su brazo.

—Perdón, fue un reflejo —se disculpó mientras lo soltaba cuando se dió cuenta de lo que había hecho.

—Ah, no te preocupes, solo iré a llamar al médico vuelvo enseguida —mencionó restándole importancia y se dirigió a salida sin esperar la respuesta del contrario.



[...]



—¡Jiang Cheng, cálmate! —se regañó a sí mismo en un susurro.

Con la cara ardiendo y el corazón latiéndole con fuerza, se apoyó en una pared unos metros alejado de la habitación del alfa tratando de estabilizarse.

¿Algo exagerado? Quizá.

Sin embrago ese fue el contacto y la charla más calmada que había tenido con el alfa sin que éste básicamente lo ahuyentara con sus fermonas —sí, así de mala su relación—. En fin,  sacudió su cabeza al pensar en ello.

Lo importante en ese momento era llamar a un médico.

Recordando su objetivo se dirigió al área de sanadores, pero antes de llegar a medio camino encontró a un sirviente así que lo detuvo.

—Ve a buscar al maestro QiRen de inmediato y dile que su sobrino ha despertado, pero hazlo discretamente ¿entendido? Ah, también busca a WangJi y hazle saber —ordenó.

—Como desee —hizo una reverencia y salió a cumplir el encargo.

Al ver qué el sirviente se fue retomó su camino hasta llegar.

Ahí encontró al doctor principal por lo que se adentró y lo saludó.

—Buenas tardes doctor Hao.

—Oh, Jiang-gongzi ¿A qué debo el honor de su visita?

La obsesión de un Alfa Where stories live. Discover now