¿𝐍𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐨 𝐧𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬?
Sophia Birlem, una chica que está ingresada por una enfermedad no diagnosticada va a conocer a un chico que viene al hospital por un golpe en la cabeza. ¿Estarán destinados a estar juntos o se quedará todo en un...
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—¿Tenéis la switch aquí?— preguntó.
—No, nos la dejamos en el hospital— le dije con ironía —¿Pero cómo no la vamos a tener?— le pregunté en un tono más elevado.
—Sácala y jugamos a algo porfa— me pidió.
Me levanté y fui a cogerla. Estaba en una bolsa de la entrada, tampoco estaba tan lejos.
La cogí y la enchufé en la tele. Cogí el mando que es parecido al de la play y me puse a ver los juegos que teníamos.
—Mira, tenemos este... este...— y fui diciéndole uno por uno.
Después de verlos todos.
—El Mario Party— eligió.
—Pues venga— me metí en el juego y le di el mando rojo, yo tenía el azul.
Nos echamos varias partidas.
—¡MIRA! No paro de ir hacia atrás— se quejó Gavi.
—Pues los números que sacas— reí.
—Y ahora al volcán— dijo enfadado.
Yo no paraba de reírme por las actitudes de el, parecía un niño pequeño enfadándose por un juego.
—Yo paso ¿Nos echamos un fifa?— preguntó con una sonrisa —No, espera, ¿Qué hora es?— rectificó.
—Las cuatro y cuarto— le respondí después de mirarlo en el móvil.
—Mierda, tengo entrenamiento a las cinco— se puso una mano en la frente
—¿Te lleva Pedri?—.
—Que va, hoy me lleva Pablo— respondió y yo me reí.
Me hizo gracia que se turnasen para llevarlo.
—¿Hay otro Pablo a parte de ti?— pregunté sorprendida.
—Claro, Pablo Torre—.
—Me acabo de enterar— dije riéndome.
—¿Te quieres venir?— preguntó refiriéndose al entrenamiento mientras se levantaba para coger su móvil.
—No tengo muchas ganas—.
No tenía nada que hacer pero no iba a quedarme allí sola viendo como entrenaban, el otro día cuando fui, fui con mi hermano y al menos él me hacía compañía, pero es que ahora estaba durmiendo.
—Ya le he mandado la ubicación a Pablo, dice que viene pa'ca— me dijo.
—Vale— me levanté del sofá —¿Lo llevas todo?— le pregunté cuando me acerqué a él.
—Si mami— dijo con voz de niño chico.
—Que tonto eres— dije negando con la cabeza.
El se rió. Al cabo de unos minutos a Gavi le llegó otro mensaje.
