|5| Verdadero C A O S

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Hice todas las cosas que me dijiste que no haría.

Te dije que NUNCA me olvidarian.

Sia- Alive

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-Oye.-me dijo aquella voz sexy.-¿De qué estás hablando?

Mire al chico guapo a mi lado. De cerca se veía aún más atractivo y mucho más peligroso.

Sonreí.

-Estoy diciendo que perderás.-dije.-No voy a hacer como las otras chicas que te dejan ganar, imbécil. Voy a hacer que pierdas.

Él parecía confundido. Me miraba como si estuviese loca y entonces comenzó a reír. Tenía una dentadura perfecta.

-¿Esto es para llamar mi atención?-pregunto entre risas.

¿Qué?

¿QUÉ?

Definitivamente era un narcisista de mierda.

Quería acabarlo. Quería que perdiera frente a todas esas personas y que pasará la mayor vergüenza de su jodida vida.

-¿Llamar tu atención?-repeti.-Esto sí que llamara tu atención.

Dicho esto apunte con furia hacia mi objetivo.

-Visualiza a alguien que odies.

Ese era el consejo de papá cuando me enseñaba arquería. No era un método muy aceptado pues mi madre siempre decía que eso de «visualiza a quien odias» y lanza una flecha como si se la lanzaras a esa persona fomentaba el odio y la ira, pero definitivamente aprendí de ese modo.

Justo ahora ese punto rojo era la mismísima cara de Male Pride. Egoísta, ególatra, imbécil, estúpido, creído, orgulloso.

Y lancé la flecha.

Quedo a unos pocos centímetros del centro del punto rojo. Era un lanzamiento casi perfecto y bastante difícil de superar.

-¿Eso llamo tu atención, imbécil?-pregunte sonriente.

-Definitivamente.-dijo tomando un tono serio. Su sonrisa había desaparecido. Por primera vez en su vida alguien le ponía las cosas difíciles y no le gusto.

-¿Qué pasa? ¿Te asustaste? ¿Ya no te da risa?-pregunto.

Él me ignora y apunta. Se toma lo que para mí son años y finalmente lanza la flecha.

Mi corazón late rápidamente y cuando la flecha cae exactamente en el centro del punto rojo siento que todo mi mundo se detiene.

Todos se quedan en silencio.

Nadie está seguro de nada.

Todos miramos con atención donde cayó la flecha y no hay duda. Quedó en el centro, en el justo centro y se alza la voz;

-¡Ganó Male Pride!-grita la chica responsable de este juego.

Eso era lo último que quería escuchar.

La furia comienza a abrirse paso en mi interior.

Siento que mi cuerpo tiembla de la impotencia al ver la sonrisa aparecer nuevamente en su rostro de dios.

Yo debí ganar.

¿Cómo no gane?

Soy buena en arquería.

Si antes odiaba a Male Pride ahora lo repudio, lo detesto, me da náuseas.

Puede ser todo lo guapo que quiera que es un maldito idiota.

H E A V E N ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora