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—¿Me estas escuchando?—habló la rubia a su amigo peli negro.—Jay, hablo en serio. Literalmente Matsuo está raro, y no sólo lo digo por el tema con su familia. Estoy hablando de que tal vez, y solo tal vez... ¿Sienta algo por alguien...?
—No digas idioteces, de todos modos. No es nuestro problema, ese maldito egocéntrico dijo que no nos metieramos y nos hizo sentir como la mierda, no pienso volver a hablarle.—Soltó con coraje mientras miraba a otro lugar, esta vez realmente se había enojado con Seitan.
—Escucha, no hagas berrinche. Sabes perfectamente que no puede controlar sus emociones, ¿Que no viste como reaccionó cuando me acerqué al chico explosivo? Nunca se había enojado tanto conmigo, el realmente debe ser muy importante para Seitan, a lo mejor ya te sustituyó.
—Cállate. Y si, seguramente son muy amigos, demasiado a mí parecer.—Habló Jay aún con el entrecejo fruncido, recordó la manera en la que Matsuo miraba al rubio, aunque no era totalmente Matsuo, si eran las intenciones de él.
—De cualquier forma, no pelees con el. Recién sabemos que tiene muchos problemas, y no quiero que pierda la confianza en nosotros.
—No me importa—Murmuró dirigiendo su vista al suelo, ¿quería que Matsuo le contará todo? Si, estaba algo dolido porque era su mejor amigo y nunca supo de la vida personal del pelirrojo. Se sentía culpable porque a lo mejor el de mayor estatura no le tenía la suficiente confianza como para contarle.
Pero aún así, Jay seguiría a Matsuo Seitan hasta el final de los tiempos, porqué se lo debía. Estuvo ahí cuando necesitó apoyo por culpa de sus padres, económico y emocional. Ahora le tocaba a él ser su soporte.
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—¿Cómo supieron de nuestro campamento? ¿Están de acuerdo conmigo, no? Aquí hay un soplon.—Habló con seguridad el héroe profesional, present mic.
—¿Un traidor? Mic, estas siendo paranoico.—La fémina lo miró mal, midnight no creía que fuera una opción.—Solo lo sabíamos nosotros, y los estudiantes del cuidado de la élite. Nadie más.
—Umh...
—No vayas a decir que no confías en ellos. Hicieron un pacto, Mic. Saben que esto no es un juego, y aún así arriesgan sus vidas.
