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Después de un largo viaje Agustín y Nacho fueron recogidos por un chofer en el aeropuerto.

Los días restantes en la ciudad de Lisboa habían sido la despedida a todo lo que Agustín tendría que dejar atrás.

Agustín podría ser un libertino, pero si él realmente debía entrar en una relación seria con alguien, aunque fuera impuesta por su progenitor, se portaría correctamente y empezaría a comportarse como un adulto responsable. Lo que menos quería era decepcionar a su padre.

El chofer los llevo hasta la residencia de los Guardis, era de gran tamaño, con dos pisos, exquisitamente decorados por la señora María Guardis.

Al regresar a la casa Agustín y Nacho fueron recibidos por una larga fila de empleados, que tomaron todas sus cosas para llevarlas a los cuartos de los dos jóvenes. Nacho pasaba tanto tiempo con Agustín, que sus tíos ya le habían dado un cuarto en la mansión para el solo. Tomaron una ducha, almorzaron y descansaron, había sido un vuelo extremadamente largo.




                                                                                 ❤





El sueño de Agustín fue interrumpido por una empleada, la cual le traía el teléfono en mano indicándole que el padre estaba en la línea.

-Gracias- dijo Agustín a la chica, que se retiraba del cuarto- hola papá

- ¿Cómo te fue en el viaje? - la voz de su padre no sonaba tosca, eso era buena señal.

- Por suerte bien, ¿Dónde están vos y mamá?

- Tu mamá está en el salón de belleza, ya sabes como es, además hoy tendremos una cena con un gran amigo nuestro de la universidad, yo estoy en la oficina como siempre terminando todo para ir por ella.

- Esa persona es el padre de...

- Si, ¿leíste el sobre que te mande?

- Claro- mintió no había querido abrir el sobre, que más daba si tenia que conocerla de frente.

- arréglate un poco, a las ocho debes estar en el SEEN Restaurant & Bar, Santiago te traerá.

- perfecto.

- Escúchame una cosa, decile a Nacho que luego voy a hablar con él – eso era toda una amenaza, pobre primo- seguro está contigo.

- Yo le aviso.

- Bien, recuerda comportarte como el heredero de las empresas Guardis, no deseo otra sorpresa desagradable de tu parte.

- No lo hare papá, te lo prometo.

Y así término la conmovedora llamada con el padre, sería otra noche larga e incómoda, pero debía cumplir justo como le dijo su progenitor.

Con tan solo una hora para cambiarse, Agustín se ducho y se arreglo formalmente para conocer a su segura prometida y su suegro. Como era una cena formal se puso una camisa manga larga blanca, un poco abierta solo los primeros botones, un saco negro con un pañuelo haciendo juego y unos pantalones en combinación con el saco. Faltando tan solo veinte minutos para las ocho de la noche, le dejo una nota a Nacho con el mensaje de su papá, con una corta posdata al final que decía: Eres hombre muerto primo, iré a tu velorio. Le hubiera encantado ver su cara.

𝙿𝙴𝙲𝙰𝙳𝙾 ; 𝙼𝙰𝚁𝙶𝚄𝚂Where stories live. Discover now