Capítulo 1

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Toda rosa tiene espinas

La mañana del 28 de octubre no tenía nada en especial. Despertar en una escuela que odio con personas insufriblemente positivas, a pesar de la condición que nos encadena a un infierno interior y aparte a este "colegio", como se dice llamar, no es lo peor que me haya podido pasar.

En fin, lo importante que debéis saber de Black Bloom, y sí, el nombre es real, lo primordial es que por ese estúpido nombre a cada alumna del colegio nos llaman flores. Asqueroso. No tengo motivos para quedarme aquí y precisamente estoy a la espera de la próxima luna de sangre, y al juego de torturas de Ivonne.

Haley, mi compañera de cuarto, y yo llevamos preparando miles de veces esta escapada desde que entramos aquí a la fuerza. No es la primera vez que intentamos por activa y por pasiva salir de aquí, pero esta vez siento que va a ser diferente.

—Ellise.

—¿Sí? —quito la mirada del papel y observo a Haley sentada en la silla del escritorio.

—Necesito ayuda con esto.

—¿Con qué? —me levanto dejando mis pensamientos pasados a tinta y me acerco a ella —¿Por qué estás haciendo las tareas de herbología avanzada?

—Por que como no los presente me volverán a suspender —cierro el libro al momento que dice eso y me mira cabreada a punto de quemarme—. ¿Eres idiota?

—¿Puedes decirme qué estás haciendo cuando en menos de dos meses estaremos tan lejos de este lugar que ni te acordarás del aliento apestoso de la señorita Ginger? Por favor, deja de hacer el estúpido y disfruta de tus últimos momentos en este sitio.

—Para ti es fácil decirlo, se te da tan bien la herbología que apenas tienes que repasar una sola planta.

—Lo que utilizo para mi bien, la prioridad es saber sobrevivir. Además, eso nos vendrá bien para cuando nos vayamos de aquí.

—Siempre dices eso y siempre pasa lo mismo. La directora no tarda en pillarnos y luego está ese asqueroso. Su perrito faldero. Ese idiota es ágil y es capaz de encontrarnos y regresar con nosotras a rastras.

—Cadmus no me preocupa. Es más, tengo un plan para que no entorpezca nuestra huida.

Como bien había dicho Haley la que me preocupaba era la directora, Ivonne. Esa vieja bruja tenía a todas las chicas de aquí engañadas diciéndole que podrán salir cuando estén listas para controlar sus impulsos, lo que ninguna sabe es que nunca eres suficiente y así año tras año, hasta que te ves 10 años encerrada entre cuatro paredes.

—Espero que me hables de todos tus planes antes de que llegue la fecha.

—Claro que te lo diré, —Haley hace rodar sus ojos mostrando desaprobación —esta vez sí que lo haré. Tienes que confiar en mí.

—Son 10 años aquí, Ellise. Solo quiero ser libre y no sentir los ojos de Ivonne en mi nuca. Siempre observando cada gesto, mirada e incluso pensamiento.

—Esta vez será diferente, te lo prometo. Tengo un jazmín bajo la manga. —sonrió y ella frunce ligeramente el ceño.

—¿Y si no?

Pongo mi mano fría encima de la suya, ella obviamente nota el cambio de temperatura.

—Te lo prometo.

Agarré un par de libros viejos de la estantería y Haley hizo lo mismo al mismo tiempo que terminaba de ponerse los zapatos negros. Las dos íbamos igual vestidas, tampoco es que tuviéramos mucha variedad en el colegio. Falda negra larga y un jersey amplio que cubría todo nuestro torso. Todas iguales, cual ejército entrenado esperando para desatarse contra la humanidad.

Cuando florece una Asesina✔️Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang