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Eran las cuatro y media de la tarde, Gavi despedía a los pequeños que se iban con sus padres, le gustaba ver las caritas de alegría cuando sus tutores llegaban.

Cuando se fueron todos, el maestro suspiró, ahora le tocaba ordenar un poco el salón antes de irse.

Sofía estaba en el suelo pintando con unos crayones, balbuceaba algunas cosas, pero no se le entendía nada.

Su tranquilidad fue interrumpida por su celular, era un mensaje de Pedri , sonrió con un ligero sonrojo en las mejillas y lo abrió.

"¡Gavi, cerrá la puerta de tu salón y no dejes que nadie entre!"

Eso sinceramente no se lo esperó, escuchó unos pasos venir del pasillo y se asustó un poco pensado en quien sería, tenía que ser alguien malo para que Pedri le mandará un mensaje de esa manera.

Dos personas se pararon en el umbral de la puerta, uno tenía el cabello castaño y la otra negro oscuro.

Gavi sintió como su garganta se secó al pasar saliva.

-¿Éste es el salón 3-C, en donde se encuentra Sofía González?— preguntó amablemente el señor, la pequeña Sofia que estaba dibujando en el suelo, volteó su cabeza en dirección de la persona que dijo su nombre.

-¿Baba?-la beba vió a los adultos, les parecían familiares, pero no del todo, lo mejor era ponerse en un lugar seguro, se levantó y camino hasta las piernas del Omega para esconderse allí.

-Mirala es tan tierna y ya camina.- habló la mujer con cariño, Sofía solo sacó un poco la cabeza de un lado mirándolos, y Gavi sonrió algo tenso.

-Disculpen, ¿Me podrían decir quiénes son?-el maestro preguntó, haciéndose ya una idea de quiénes eran, se agachó un poco para tomar a la cachorra en sus brazos, Sofi solo se agarró de su delantal y miraba curiosa.

-Ah, que maleducados somos, mi nombre es rosy González y él es mi esposo Fernando González. .- Gavi  sintió como su cuerpo se entumecía, estaba al frente de los papás de su Alfa, ahora no sabía ni cómo actuar, no quería dar una mala impresión.

-E-es un gusto conocerlos, soy Pablo Gavi- ahora estaba completamente nervioso, incluso su voz había temblado un poco, miró a sofi, quien solo se chupaba su dedito pulgar.

-Asi que vos sos Gavi.-la mayor se acercó hasta quedar frente al simpático castaño, quien solo tragó saliva nuevamente.- Me alegra que el tontin que tengo como hijo haya encontrado a alguien tan carilindo como vos.-

Gavi sintió como su sonrojo cubría su rostro hasta las orejas, sonrió de manera tensa mientras que la adulta le miraba relajada.

Unos pasos apresurados se oyeron venir desde el pasillo.

Pedri apareció, respiraba un poco agitado y estaba algo sudado, miró a los mayores, pero sobre todo, miró mal a aparentemente su madre.

-Mama, ¿Qué fue lo que te dije?— regañó mientras se acercaba a ellos, la otra solo bufo arrugando el entre cejo igual que su hijo.

-Vos a mí no me mandas, pendejo de mierda, ni siquiera vas a visitarnos o algo! Y cuando vengo ¿Qué es lo que me entero? Que tenés un Omega y que safaste hasta de una demanda. -Gavi solo los miraba discutir, no se insultaban seriamente, en parte, eran moderados y quizás era porque estaba la infante al frente de ellos.

Gavi miró la sonrisa nerviosa que tenía el hombre de cabellera castaño, no era tanto nerviosa, más bien algo agotada, como si estuviera acostumbrado.

-¿Siempre son así?— preguntó por lo bajo, mirándolo, éste solo le sonrió y asintió levemente.

-Ya sos parte la familia, bienvenido a mi mundo.- le contestó y Gavi solo pudo reírse por lo bajo, madre e hijo eran iguales, no había ninguna duda de eso.

(...)
AUTORA:Holiss

I love you mom PEDRI Y GAVI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora