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Han pasado varias semanas desde que Mangkorn y Yai estuvieron juntos.

Dragón llegó a la oficina donde fue saludado por sus compañeros de trabajo.

—Ya no me llamaste que paso con el bastardo que te mojó?— Arjo se cruza de brazos mientras pregunta molesta.

—Descuida pago bien por los daños— Mangkorn vuela hasta la noche más intensa y deliciosa de sexo.

—No era ese chico el que prácticamente te despidió?— Arjo está molesta porque hacer ese proyecto les daría un gran bono en efectivo.

—Si— Mangkorn responde serio, ese bono era para pagar su posgrado y así al menos darle una buena noticia a su madre que estaba grave en el hospital.

—Maldito mocoso mimado, si lo veo te juro que...— Arjo está molesta y su gran boca estaba apunto de soltar algún comentario burdo.

El padre de Yai y Yai entran en las instalaciones directamente a la sala de juntas no sin antes ver a los dos jóvenes que se han quedado helados.

—Señor pase por aquí el jefe lo está esperando— la mujer habla mientras se los lleva.

Yai está altamente asustado el no estaba de acuerdo con que su padre buscará los servicios de aquella empresa constructora y aunque le rogó el padre le dijo que no había mejor lugar que ahí.

—Sean bien venidos— el presidente de la compañía les da la señal de que pueden sentarse.

—Papá, me quiero ir— Yai está que se muere de los nervios.

—Basta Yai, pareces un niño pequeño, es por el bien del Sun y de mis futuros negocios— el padre ama mucho a su hijo pero está vez lo hace por sus motivos personales como hace mucho tiempo no lo hacia.

—No se que problema tenga con nuestra compañía señor Yai pero le aseguro que nuestros arquitectos son los mejores— El presidente nota la incomodidad del omega.

—Solo es un niño mimado, está vez estoy totalmente de acuerdo con usted señor presidente hace poco ví el proyecto de uno de sus arquitectos que me llamo mucho la atención lo quiero trabajando para mí— el padre de Yai no sé anda con rodeos.

—Claro, lo llamaré para que esté presente en la junta y le exteriorice lo que quiere para su proyecto, dígame el nombre para hacerlo llamar— el presidente presiona el botón del teléfono de su secretaria.

—Mangkorn— aquel nombre hace que Yai se sienta con un terrible mareo, de echo desde hace unas semanas a tenido dolor de cabeza, mareos, constantes antojos y vómito.

—Claro, Susy llama a Mangkorn— la orden del presidente resuena en los oídos de Yai.

Mangkorn entra serio siente que probablemente está en problemas.

—el señor quiere nuestros servicios de nuevo ofrece una disculpa por los inconvenientes causados por su hijo, asi que desea una entrevista para darte las ideas para un nuevo bar que quiere abrir en New York— el presidente da los detalles.

Yai se levanta y sale de la sala, se siente mal y lo único que quiere hacer es vomitar.

Labios sabor Cereza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora