𝐌𝐢 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨 𝐁𝐮𝐦𝐛𝐥𝐞𝐛𝐞𝐞 // 𝐓𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐞𝐫𝐬.

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📍: Planeta Tierra.
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- ¿Quieres algo de beber?.- me preguntó Aidan mientras que yo buscaba una llave en mi caja de herramientas.

- Un vaso de jugo de naranja.- comentamos al unísono.

- Deja de robarte mis palabras.- bromeé sin verlo ni dejar de buscar mi herramienta.

- Te conozco, estoy orgulloso de eso.- sentí como me abrazó por detrás de la cintura y colocaba su barbilla en mi hombro.- ¿Luz?.- preguntó alumbrando mejor la caja.

- Gracias...- agradecí encontrando mi llave.
- Ahora ve por mi jugo que muero de sed.- ordené en forma de juego así que asintió.

- No sin mi.- "amenazó" utilizando las palabras que utilizamos desde pequeños. Era como nuestra frase.

- Ni tu sin mi.- lo señalé amenazante hasta que lo perdí de mi campo de visión. Negué con una sonrisa y me acosté por debajo del coche que mi tío me había regalado.

Al parecer estaba más dañado de lo que pensaba, pero nada que no pueda solucionar. Me arrastre más al fondo alumbrando con mi lámpara cunado de repente dos focos azules alumbraron mi rostro.

¿Que mierda?.

El coche se empezó como a transformar en un robot a lo que rápido me levanté asustada.

- ¿Que es esto?.- sus ojos se alumbraron nuevamente a los di corrí hacia la puerta soltando un grito de niña pequeña.

Al llegar a la puerta le di un vistazo al robot, el cual se había tropezado hacia atrás tapándose el rostro con el papalote de mi hermana menor.

Al parecer estaba más torpe y miedoso que yo. Noté como se había sentado en la esquina como alguien realmente asustado así que cerré la puerta despacio.

- ______...- la puerta de repente fue abierta por Aidan, cosa que no pude evitar. Aidan dejó caer los vasos con jugos y soltó un grito agudo a lo que rápido le tapé la boca para que no alzará sospechas.

- Shhh, Aidan cállate.- pedí tratando de ser amable.

- Un...un...un...

- Chicos...¿Está todo bien?.- preguntó mi mamá entrando a la cochera notando la cercanía entre ambos así que solo sonrió. Vamos de nuevo con las malinterpretaciones.- Ou, lo siento.- iba a salir para "darnos" nuestro espacio pero al mirar atrás mío, detuvo sus pasos. Aquí es donde rezo.- ¿Que hace ese auto en nuestra cochera?.- ambos volteamos confundidos.

- Ah...ese auto...Es mi auto...- miré a Aidan así que rápidamente me corregí.- Nuestro auto.- sonreí nerviosa.- Me lo dió mi tío por mi cumpleaños.

- No son seguros...me hubiera gustado que me hubieran dicho algo de traerlo. Aidan, tu mamá se acaba de ir, dice que te esperará para cenar.- el ojiverde asintió aún nervioso.

- Perdón...perdón.- me disculpé.- Estaba en medio de algo...- una sonrisa se apareció en sus labios ya que había entendido mal nuevamente.

- Comprendo, cunetenme sus cosas chicos...- me miró tiernamente.- Soy tu mamá.- asentí.- Y tú también Aidan, seré tu sufre y segunda mamá.- sentí mi cara arder de la vergüenza.