Capítulo 19

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Jaffner

El sol cae frente a mis ojos mientras las ruedas del vehículo de mi hermano avanzan por las calles del vecindario. Mis párpados amenazan con caer mientras el camino se vuelve más corto y un bostezo sale de mi cuerpo, lo suficientemente alto para atraer la atención del chico a mi lado.

— ¿Tan agotador fue?

— ¿Qué, exactamente? —Pronuncio mientras acomodo mi cuerpo en el asiento buscando quitar el entumecimiento de mis músculos.

—Tu fin de semana, luces terrible, Jaffner.

—Fue —me detengo en busca de un sinónimo para que la palabra extraño no suene tan dura—, infrecuente.

— ¿Infrecuente? —Enarca una ceja en mi dirección—. La palabra para describir eso ¿no sería terrible?

—Casi, intentaba rebuscarme un poco antes de que comenzarás a preguntar —sonrío a medias y me cubro entre el calor de mis brazos cruzados—. Tener que compartir el fin de semana con la madre de Arley y su marido impedía nuestro tiempo a solas. Ya no es mucho el tiempo que tengo a su lado últimamente y siempre prefiero quedarme entre un par de sábanas en su apartamento a tener que compartir la mesa con su familia y el centenar de extraños que quieran invitar —los recuerdos de la cena con el idiota que no dejaba de mirar a Arley y la sonrisa frívola de su mujer, hacen que la bilis suba a mi garganta­—. Volver a esa casa traía consigo los fantasmas del año anterior, los problemas con su madre, nuestra volatilidad, y el irremediable miedo a perderla otra vez.

—Pero esta vez ¿todo ha ido bien?

—Esta vez —suspiro y alargo mi silencio unos segundos. Me detengo a mí mismo porque ni siquiera sabría por dónde comenzar—. Creo que hemos aprendido a madurar, creo por primera vez en mucho tiempo agradezco que mi orgullo sea penetrable y siempre vuelva a ella.

—Creí que luego de que su relación terminara en Londres no volverías a verla.

—También lo creía, pero no puedo evitarlo, siempre termino en sus brazos, siempre lo hago.

—Eres todo un poeta —se burla mientras desvía la curva para llegar a la casa.

—Y tú, un idiota —lo empujo y me recuesto en mi lado observando las casas del vecindario a mi derecha.

—Casi lo olvidaba —Junes brinca de su asiento causando que mi cuerpo despierte en alerta—. ¿Irás a la fiesta de Samantha este sábado?

— ¿Es este sábado? —De la nada mis planes de verme ahogado en libros sobre Ciencias Políticas se ve obstaculizado por el repentino asunto del cumpleaños de Samantha.

Asiento, porque sé que es lo correcto pero deseo decir que no. La calificación de mi examen representa un veinte por ciento su peso en mi semestre y el simple hecho de verme sin Arley entre luces de neón hace que todo pierda sentido. Sé que sólo restan unos días para la bendita fiesta, y sin siquiera haber entrado, ya comienzo a odiarla.

...

El haz de luces moradas baña a la horda de almas impuras que se mueven como una ola furiosa. El aroma espeso a marihuana contamina cada uno de mis sentidos y casi puedo sentir el cannabis corriendo en mis venas. Mis ojos arden un poco por el delineador de mis ojos. Maldigo otra vez y aprieto mis dientes odiando a Samantha por haber escogido esta temática para su fiesta.

¿Quién demonios en su sano juicio exige maquillaje y glitter como requisito de pase a una fiesta?

Samantha, claro. Debería ponerla en mi lista negra por obligarme a lucir como un idiota.

Change This Heart - FOR YOU (libro 3 CTH)Where stories live. Discover now