04. La negociación se adentra en la depresión

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-¡Cómo que tienes 15 años! - Fue la voz de Clint la que sonó primero. - ¿Envié a una niña a luchar contra robots? - En la mente de Clint estaba pensar que por no ponerse a salvo había provocado que una niña de 15 años muriera por él.


Todos los demás pensaban lo mismo, se sentían culpables por lo que le habían hecho a esa pobre chica, Wanda ya lo había pasado mal con Hydra, de eso estaban casi seguros, ¿y ahora esto? Natasha se acercó a la chica para abrazarla, sabía que no ayudaría a aliviar el dolor de la adolescente pero al menos quería hacerle sentir que no estaba sola.


Se quedaron así un rato, temiendo romper ese silencio y luego cada una de las personas que allí se encontraban abandonaron la habitación, diciendo que era mejor dejarla dormir tranquila.

Wanda se había quedado sola, algo que podía agradecer aunque también era malo ya que su cabeza empezaba a tener pensamientos.

Sabes, podrías usar tus poderes para remediar todo esto, nunca usamos los poderes para otras cosas que no sean atacar o hacer pasar a la gente por sus peores pesadillas.


Estuvo pensando un rato en como solucionar las cosas, tenía que estar en la enfermería unos días y aunque sabía que le estaban haciendo cosas a su cuerpo, su mente solo pensaba en como solucionar la muerte.


Todos a su alrededor , la veían mirar por la ventana cuando salía, suponían que estaba mirando hacia afuera. Haciendo pensar a los mayores excepto a Tony, ya que seguía resentido aunque menos sabiendo el estado de la chica, que deberían dejarla salir en algún momento, no estaba prisionera después de todo.


-¿Hay alguna biblioteca donde pueda ir? - Un día Wanda le preguntó a Natasha, era la primera vez que la escuchaba hablar en bastante tiempo, ella inició la conversación.


-Hay una en la parte oeste del complejo, ¿quieres algún libro en especial? - le contestó con una apreciable sensación de franqueza poco común en ella.


-No, en absoluto, gracias -después de eso, el lugar donde se refugiaba la adolescente era la biblioteca, estaba allí todo el día, le llevaban comida pero estaban casi seguros de que comía poco o nada. En realidad los vengadores que vivían en el complejo querían ayudar a la chica pero no sabían muy bien como. Sabían lo que era pasar por un momento crítico en la vida porque cada uno de ellos había vivido una experiencia pero cada uno de ellos lidiaba con este tema de manera diferente, no eran un ejemplo a seguir en este tema.


Hablaron con Sam, de nuevo, le reiteró que estaba pasando por las distintas fases que había y la única forma de ayudarla era hacerle saber que no estaba sola. En serio, tanto Natasha, como Steve y Clint, cuando aún estaba en el recinto que había dejado porque iba a nacer su hijo, estuvieron con ella un tiempo pero todo seguía igual.


Un día, solo escucharon un estruendo proveniente de la biblioteca, pensaron que alguna estantería o muchos libros podrían haberse caído, pero resultó que Wanda lo había destruido todo con sus poderes y ahora lloraba y nadie podía detenerla.


-Aquí no hay nada, nada -fue lo único que salió de la boca de la chica, se cansó de llorar, hasta el punto de que ya no le quedaban lágrimas y se quedó dormida. Steve fue el encargado de cargarla, cuando la cargó vio la gravedad del peso que tenía, tenía súper fuerza pero no dejaba de ser preocupante.


Los días siguientes pasaron lentamente, la rutina de la chica volvió a cambiar, Wanda solo se movía entre el suelo, su cama y el baño que estaba en su habitación. Ahora la adolescente cada vez que se veía en el espejo no podía reconocerse, solo podía describirse como un alma en pena, sus ojeras crecían.


Intentó cortarse de nuevo pero tras el caso que la pillaron, decidieron quitarle todas las maquinillas de afeitar de su alcance, ella no lo entendía, ¿cómo pensaban que iba a afeitarse sin ellas? No las usaba, menos mal que no le crecía nada el pelo.


Se dirigió hacia el baño, mirándose, odiándose más que nunca, era una inútil para todo y además su aspecto aunque poco importante en ese momento, le daba asco. Al final, golpeó el espejo, haciendo que se rompiera, eso alertó a la gente.


El primero en llegar fue Visión, atravesó las paredes, no recordaba que el sintezoide vivía en ese lugar. Vio todo lo que había pasado, y empezó a intentar ayudar como pudo.


-Señora Maximoff, tiene una herida en la mano y el espejo roto, puedo ofrecerme a ayudarla con la mano y recoger yo mismo los cristales para que no se haga daño. - La chica se limitó a asentir.

Visión, aunque torpe, curó las heridas y pudo recoger todos los cristales, se quedó allí un rato más.

-Dime, ¿por qué esta reacción, no puedes restablecer tu memoria? - Siendo un sintezoide podría decirse que eso sería posible, su cabeza al ser como la de un robot podía ser modificada y al no entender para nada a los humanos, pensó que ellos también podrían.


-Eso no es posible, los recuerdos siempre están ahí para recordármelo todo -aunque eso era algo que no podía entender, el sintezoide asintió. Estaba intentando aprender a convivir con los humanos.


Después de eso se quedaron en silencio, ella no quería hablar, él no sabía qué preguntar y no sabía cómo solucionar lo que estaba pasando porque no lo entendía.


Los demás vengadores también fueron a su habitación, pero al verlos pensaron que la situación, aunque momentáneamente, estaba resuelta.


-Por cierto, Visión, llámame Wanda, por favor- fue lo único que salió de ella y luego se quedó dormida. Visión la llevó a su cama, había entendido que los humanos necesitaban eso para estar cómodos mientras dormían, claro que él (¿se le podía llamar con pronombres masculinos?) no lo necesitaba. Una vez más se movió sobre la pared para dejar que Wanda descansara bien.

HARD TO SAY GOODBYE | MARVELWhere stories live. Discover now