[Pelea]

163 17 0
                                    

|4. Familia|

¡Kota, no golpees a tu hermano!— Regañaba con severidad una voz que anteriormente era angelical, esta sonaba lejana, pues el dueño se encontraba en la cocina y al pequeñín al que le gritaba se encontraba en una sala de estar, —. ¡Manjiro, separa a los niños!

El nombrado simplemente bajó unas escaleras, yendo tranquilamente hacia donde estaban dos pequeños niños peleando, o más bien dicho, un pequeño niño llorando y otro dándole leves golpes en el hombro con un peluche.

—Kota, no debes hacer eso, cariño, lastimas a tu hermanito— Dijo calmado mientras tomaba en brazos al niño junto con su osito, se podía ver como este también tenía los ojitos rojos, quizá también había llorado.

—¡Él empezó, papá!— Sollozo el pequeño en brazos de su padre, el otro niño, que era acusado, negó rápidamente con su cabecita mientras tallaba sus ojos con su puñito tratando de quitarse las lágrimas.

—¡Ño! ¡Él me pegó! — Se defendió el pequeño niño, Manjiro intento cargarlo, pero este se negó yendo corriendo hacia la cocina donde se encontraba un peli negro cocinando —. ¡Mami! ¡Kota miente!— Volvió a gritar, tirando de la ropa de un cansado ojiazul.

Kota, quien se encontraba en brazos de su padre, se retorcio con fuerza tratando de bajar, algo que consiguió tiempo después cuando Manjiro, su padre, entendió lo que quería.

Cuando consiguió tocar el suelo con sus piecitos descalzos, salió corriendo a la misma dirección que su otro hermanito.

—¡No es cierto! ¡Mam-!— Intentó replicar, pero un pan dulce en forma de pez se metió a su boquita.
Con sus ojitos curiosos miró a su hermano y lo vio también confundido y con un taiyaki en su boquita, al igual que él.

Tomó el pez en sus manitas, dándole una mordida quitantole una parte para después masticarla, vio que su hermano hacia lo mismo.
Sonrió feliz al sentir un sabor dulce de vainilla y chocolate, era de los dulces que su mamá hacía especialmente para ellos y para su padre.

Cuando los dos pequeños terminaron el pececito, sonrieron en espera de recibir otro, mirando con sus grandes ojos a su mamá quien seguía en su labor de cocinar.

—Que injusto, también quiero uno— Escucharon decir a su papá, pero no le tomaron importancia, ellos querían más de ese rico dulce.

—Takemicchi, dame uno, ¿sí? — Volvió a pedir, siendo ignorado completamente.
Iba a volver a pedir, pero vio como su esposo se giraba con dos taiyakis en la mano, emocionado abrió la boca para recibirlos, pero en cambio, fueron sus preciados hijos los que comenzaron a comer su dulce taiyaki.

Los dos niños miraron burlones a su padre, comiendo felizmente al nuevo pececito que había recibido.

Los dos niños miraron burlones a su padre, comiendo felizmente al nuevo pececito que había recibido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
[] Cortos Mitake []Where stories live. Discover now