Capítulo 09.

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Una semana después, el estrés que Xiao Zhan había tenido por la prueba de álgebra no estaba más; pero, en cambio, ahora lo que estaba presente era su tensión a sus manos, que no respondían del todo bien.

Estaba cansado, tal vez era eso. Sin embargo, los nervios le ganaban y eso provocaba que empezara sus melodías desde el comienzo una y otra vez hasta hartarse. El Auditorio de HaiFu estaba habitado en ese momento por la Orquesta; sus compañeros puestos en órden, cada quién ensayando sus partes.

Gruñó con frustración al equivocarse una vez más; era una fortuna que no fuera el ensayo general porque sabía que íba a ganar tantos regaños por sus errores. Incluso Xuan Yi, la violinista que una vez estuvo a su nivel de fallos estaba más concentrada en lo que hacía que él.

—Maldita sea.— Susurró. Agitó su mano izquierda, con la que sujetaba el arco del violonchelo, intentando disipar lo entumido de la zona. Después, dió un suspiro, volviendo a empezar pero ésta vez más cálmado.

Melodió perfecto, pero de repente su hombro fue empujado con breve fuerza lo que lo hizo moverse de más, provocando un chirrido por el mal deslice en las cuerdas.

—Oye, ten cuidado.— Fue reacción instantanea; su mala mirada fue la prueba de su molestía por haber sido interrumpido así, visiblemente a propósito por la expresión de la chica a su frente, de pie con brazos cruzados.

—Obstruyes el camino ahí.— No siguió la conversación; había quitado sus ojos de ZiXuan para volver a tocar, pero ella no se detuvo. —¿Por qué sigues aquí? El profesor Jiang ha abierto audiciones para otros violonchelistas, ya que tú no eres suficiente.

A Zhan se le fue inevitable no sentirse menos, y de igual forma, mal por esa mención. ¿No estaba siendo suficiente su esfuerzo? Pero no respondió enseguida, sino que enarcó una ceja antes de llevar su vista a la femina, y señalar atrás un momento.

—¿Por qué no vas a ensayar tus largas notas?— Mofó, sabiendo que ZiXuan sólo era una alumna de relleno que tocaba el triángulo en las presentaciones.

Así que ella lo miró con molestía, como si se tratara de una niña pequeña que quería ganar una pelea que para Xiao Zhan al final, pese a que lo hacía bajonear, no existía para él. —La Orquesta a final de cuentas terminará por echarte. ¿Quién en su juicio querría escuchar a un violonchelista tocando como tú, con tus equivocaciones?

—Yo.— Una voz se entrometió. —Yo lo escucharía.— YiBo habló, llegando con rostro severo hasta donde Xiao Zhan estaba sentado, con sus cejas curvas por las habladurías de la contraria. —Una y otra vez.— Completó. El azabache fue formando en sus belfos una sonrísa, mientras entendía la mirada que Wang YiBo le daba para levantarse. —Ya ensayaste lo suficiente.— Ahora fue él quién sonrió tenuemente, dejando de lado a ZiXuan para concentrarse en el chico.

—¿De verdad?— Aún no creía que fuera suficiente las horas que había pasado ensayando en la noche, y parte de éste día.

—Sí.— Fue la única respuesta que recibió, antes de su mano fuera tomada por la del profesor para que éste lo sacara, tirando de él con delicadeza una vez que quitó su trastero de su merced para llevarlo él.

—No era necesario salir.— Xiao Zhan musitó, soltándose del agarre para alzar el rostro y sonreírle al mayor con suavidad.

Simple. [Spring Is Coming].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora