Capitulo 1

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Colombia. Nariño.

El clima cálido hacia mella en la piel, mientras la humedad lo volvía un poco pesado. Las camionetas negras estaban estacionadas, esparcidas desordenadamente debido a la urgencia, por el rededor de la gran morada de hermosos cimientos de piedra blanca. Bellos especímenes de plantas y flores, acompañados de árboles frutales, y la tierra levantándome con la brisa formando pequeños vahos de tierra en el entorno por el ir y venir de los montones de pasos que se estaban efectuando en todo el lugar, uno demasiado hermoso para las atrocidades que guardaba.

—¡Y esto es todo por hoy muchachos! Estuvieron espléndidos— Felicitó mientras observaba a sus colegas.— Se vieron espectaculares emboscando a los malos. Como salido de una película. Pero con balas de verdad y muchos pies rotos — Dio una gran sonrisa apretada y levanto los pulgares dando ánimos. La camisa blanca, el pantalón de vestir y la campera con las siglas del FBI no le hacían juego con el porte despreocupado.

—¡Gracias Agente especial Stilinski!— Respondió uno de los novatos, que se había estrenado en el campo hacia unas semanas, mientras arrastraba sujeto de las axilas a uno de los narcotraficantes que había quedado inconsciente en medio de la pasada pelea.

 El castaño sonrió sintiéndose orgulloso como líder. Le había costado subir a aquel puesto, pero se había hecho valer, dando los mejores resultados y con un poco de bastante insistencia, convirtiéndose en uno de los agentes más jóvenes del FBI en liderar su propio equipo de campo.

—Tu no Davis, tienes mucho que volver a retomar — Respondió de inmediato cuando Jeff uno de los reclutas que llevaba mas tiempo se hizo cargo del halago anterior. El muchacho Tania motivación, pero era realmente pésimo, y sumamente torpe. Stiles no entendía como es que aun no habia muerto— Quizás todo desde el primer año teórico— Comentó por lo bajo achicando los ojos y rascándose la barbilla.

Habían estado casi 4 años intentando rastrear y atrapar a este Cartel de Narcotráfico. Era tan buenos escondiendo sus pasos que hasta parecía sobrenatural. Y como la suerte de Stiles lo dictaba, así había sido.

Un grupo de Narcos trabajando con un grupo de Druidas corruptos que les ayudaban a borrar los rastros de cada venta o transacción a cambio de órganos frescos de las mulas que ya no usarán o de las mujeres que prostituían, para hacer pociones y rituales que se habían prohibido hace cientos de años.

Pero gracias al ingenio de Stiles y un poco de ayuda de un viejo colega, habían logrado capturar a todos y liberar a aquellos, mujeres y niños, que habían Sido secuestrados para la Trata.

Luego de todo el proceso de captura y rescate, era hora de esperar el vuelo para el regreso hacia DC. Al retorno les deparaba todo el proceso de informe y papeleo.

Mientras hacía tiempo para esperar la camioneta que los llevaría del hotel hacia el aeropuerto, el castaño decidió pasearse por los pequeños puestos ambulantes que se extendían al costado de las veredas cerca de la calle. Aun con la incómoda ropa formal que ya se había acostumbrado a usar y que gritaba a los cuatro vientos ''agente''. 

Estaba caminando tranquilamente sin mucho en mente cuando un resplandor en uno de los puestos le llamó la atención.

Un colgante.

Un collar de plata que cargaba con un dije en forma de trisquel.

Stiles lo observa. Aquel símbolo que quedo grabado en lo profundo de su ser desde su adolescencia. La persona que quedo grabado en su corazón, en sus pensamientos, y en su alma.

La misma persona que llevaba el símbolo tatuado en la espalda.

—¿Crees en el destino?— Le pregunta una voz femenina ya conocida, que se detiene a su lado y observa el mismo objeto.

Nunca Jamás (Sterek)Where stories live. Discover now