Dragon's Sea [Rhaenyra Targaryen]

SEVENTEEN

ㅡ¡Puje, mi Lady, puje!

Las parteras se encontraban corriendo alrededor de una Laenaera sudorosa quien estaba a punto de dar a luz.

Había transcurrido un día desde que los dolores habían aparecido, un día de doloroso parto, Laenaera estaba rehusándose a dejar morir a su bebé o a morir ella.

Los gritos de Laenaera habían abarcado todo High Tide, cuando los Velaryon habían recibido la noticia, habían corrido tan rápido como era posible, ver a Laenaera llorando de dolor mientras era sostenida por John causó mucho escándalo, Vaemond trató de pelear por la posición en que ambos estaban pero el ver a su esposa cubierta de sangre y gritando tanto como podía lo hizo descartar cualquier plan.

Vaemond se encontraba fuera de la habitación mientras caminaba de un lado a otro. Aerea y Daenaera estaban ahí con el esperando alguna noticia, ellas habían sido unas de las primeras en llegar a la habitación, el ver a su madre en aquel estado las había dejado en gran shock. John estaba junto a ellas, no había dormido y se había mantenido fuera de la habitación, se obligaba a cerrar los ojos cada vez que escuchaba un grito salir de las puertas, sus ropas estaban manchadas de sangre, no podía importarle menos, cuando las parteras y el maestre habían llegado, Laenaera se había negado a que John se alejara de ella, cuando los Velaryon llegaron fue cuando lo obligaron a alejarse mientras Laenaera lo llamaba entre dolor. Un grito nuevo se escuchó, Aerea instintivamente estiró su mano y tomó la del Sir, ambas niñas tenían miedo de perder a su madre, John tenía miedo de perder a su amiga.

La noche anterior, Rhaenys había recibido una petición de Daemon, Baela debía ser enviada a Dragonstone. Con Laenaera en aquella situación, la princesa no cuestionó nada y la Lady Targaryen fue enviada bajo regaños, se rehusaba a alejarse de su tía, fue la propia Laenaera quien entre llantos la persuadió de ir.

Rhaenys se encontraba con su hija ayudándola a parir, todo se había complicado, Laenaera había comenzado a caminar por la habitación y a moverse de forma desesperada, buscaba una posición cómoda y el maestre había estado tratando de detenerla, finalmente habían optado por sostenerla entre algunas pateras, si seguía con movimientos arrebatados podría costarle la vida. Rhaenys acarició la cabeza de su hija y comenzó a temer cuando el maestre dijo que el bebé parecía estarse negando a salir.

ㅡPuje otra vez, miladyㅡAnimo una de las parteras.

ㅡNo puedo, ya no puedoㅡLloriqueo LaenaeraㅡYa no quiero.

ㅡTu puedes, hija míaㅡRhaenys acaricio la cabeza de su hija.

Laenaera volvió a pujar, estaba cerca de cumplirse un día y medio desde que había comenzado la labor de parto y el bebé no daba indicio de querer salír, el maestre salió de la habitación y Vaemond fue a su encuentro.

ㅡMe temo que el bebé se niega a salir.

Vaemond contuvo la respiración.

ㅡ¿Que pasará ahora?