primer baile

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Habían pasado 10 años después de la llegada de los Sullys al pueblo metkayina. La mayoría de los chicos se habían quedado, solo Neytiri y Jake se habían ido a los bosques otra vez después de que finalizara la guerra con los humanos. Neteyam y sus hermanos se habían quedado en el pueblo, ya que se habían acostumbrado a la vida bajo el agua.

Esta noche se estaba celebrando un nuevo eclipse, los eclipses eran normales dentro de Pandora y sucedían constantemente. Sin embargo este era diferente, todo Pandora se teñiría de un color rojizo.

Habían bebidas alcohólicas bastante fuertes por un lado, aquellas bebidas eran hechas a base de jugo de frutas fermentado por varios años, por si solas podrían causar un gran aturdimiento en el cuerpo.

Neteyam por su parte solamente había bebido dos vasos de aquel fuerte licor. Pero eso fue suficiente como para nublarlo un poco de sus sentidos. El na'vi estaba vestido con sus ropas tradicionales y un velo casi transparente que cubría la mitad de su rostro, dejando solo sus ojos a la vista del público. También llevaba un taparrabos adornado con perlas marinas  que resonaban con cada movimiento, llevaba joyas que adornaban su cuerpo y flores amarillas sobre su cabello negro azabache.

Se levantó del piso en donde estaba sentado, su cuerpo se guiaba por sí solo debido a los efectos del alcohol. Se sumó a bailar con los demás na'vis que se encontraban ahí. Era bien sabido que el omatikaya era un buen bailarín. Sabía bailar ritmos que no eran conocidos dentro del pueblo metkayina, ya que, a diferencia del pueblo donde solían bailar el haka, Neteyam sabía bailar algo llamado baile Raks Sharki. O mejor dicho, baile de vientre.

Neteyam movía sus caderas en un suave balanceo de lado a lado, acompañando todo esto con un sutil movimiento con sus brazos, parecido a los de una serpiente. Toda la gente presente rodeó al chico de piel azul, estaban maravillados ante su danza.

El bailarín mantenía su mirada fija intentando concentrarse en sus movimientos. Desplazaba su cadera de arriba a abajo y de un lado a otro, con movimientos rápidos y constantes que seguían el ritmo de la música, se veía como una especie de vibración. Sus ojos resplandecian con la luz del lugar y su cabello se movía por la suave brisa marina.

Ao'nung se encontraba en la multitud embelesado, no podía quitarle la mirada de encima. Los sentimientos que yacían ocultos en lo más profundo de su ser nuevamente salieron a flote. El heredero ya no era un adolescente inmaduro, ahora era un adulto tatuado de pies a cabeza, representando sus madurez y el increíble buceador que era. Su cuerpo se había desarrollado como tal, siendo ahora más alto y más musculoso. Su mirada seguia siendo la misma de cuando era joven, solo que ahora infundía más miedo y respeto.

Todo la gente presente miraba a Neteyam, y cómo no hacerlo si era hermoso, como un diamante en bruto, un tesoro por descubrir. Se supone que era el guerrero perfecto y disciplinado. Pero Ao'nung quería saber que tanto podría destruir esa imagen de chico perfecto.

El omatikaya se había dado cuenta de esa profunda mirada a lo lejos, así que decidió devolverle el vistazo al chico. Hizo circulos con las muñecas de sus manos y su pecho se movió hacia un lado, luego hacía el frente, nuevamente hacia el otro lado y finalmente hacia atrás, formando un círculo mientras marcaba el ritmo continuo de la música.

Neteyam movió sus brazos y llamó a lo lejos al chico alto que lo había estado mirando hacia un rato. Tras el velo se escondía una dulce sonrisa, pues le daba un poco de gracia la cara de confusión que tenía el próximo lider.

Para ser sinceros, Ao'nung se había pasado de copas y ya empezaba a sentir los efectos secundarios del alcohol en su cuerpo, así que cuando Neteyam lo llamó a la pista no dudó ni un solo segundo en ir hasta él, tomarlo de su estrecha cintura y bailar junto a él.

𝑻𝑯𝑬 𝑫𝑨𝑵𝑪𝑬𝑹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora