33. Extraño.

1.1K 199 284
                                    

Elizabeth.

-¿Tu color favorito es el...?

-Verde de los trajes que combinan con tus ojos. - dije rápidamente.

-Cambiaste tu respuesta.

-Ya no uso tantos trajes negros, Scarlett.

-Al menos recuerdas cuál es. - susurró dejando un beso corto en mis labios.

-Ajá.

-¿Por qué no lo haría? No es que como que vaya a olvidar.

-Hey, no es gracioso. - se quejó. Hice puchero. - bien, sigamos. ¿Qué edad tenías cuando recibiste tu primer trabajo?

-Dieciséis. Me gradué pronto, papá me hizo trabajar con él, hice escuela en casa, exámenes por privado. Era lo mejor en aquél entonces. - Scarlett unió nuestros labios como recompensa.

-De acuerdo. ¿Tus hermanas?

-Ashley, Mary Kate. Gemelas. Mayores que yo. Ambas tienen esposo. ¿Qué más?

Ella suspiró. Otro beso.

-Vas bien. No es tan difícil tomarse en serio la práctica.

Giré los ojos. Scarlett me ha hecho despertarme temprano únicamente para esto. ¡Estoy bien! Sé que es importante ejercitar mi memoria, lo ha recomendado el doctor, pero joder.

A veces sólo quiero ser irresponsable y dormir, dormir sin más. Dormir aprovechando que he dejado de trabajar tanto, que al fin puedo darme un respiro.

Quiero vivir, no solamente trabajar. Y parte del vivir es descansar sin seguir tanto las reglas.

-¿Qué es lo más importante de tu juventud?

Decidí gastarle una pequeña broma, aburrida de tantas preguntas.

-Aún soy joven. No todo el tiempo eres una empresaria exitosa a los veinte.

Ella enarcó una ceja.

-Estás más cerca de los treinta, Elizabeth.

Bufé.

-Claro que sí. En fin, dile a papá que no iré a la junta hoy. Ya puedes irte, oh sí, y dile a Ashley que aunque eres linda, no tendré una cita contigo si no acepta salir con Andrew.

Scarlett enarcó una ceja algo extrañada, podía notar que comenzaba a confundirse.

-¿De qué diablos hablas? - preguntó. Abrí mis ojos fingiendo sorpresa.

-¿Notas cómo te refieres a mí? Para ser sólo una amiga de mi hermana, pareces creer que nos tenemos bastante confianza. Fuera de mi habitación o llamaré a Victoria.

-¿Victoria? Ella... ella es la encargada del cuidado de tu hogar...

-Ajá. Einstein.

-Tu hogar en... En casa de... Tus padres. - asentí. Su rostro parecía un cuadro. - Elizabeth... Soy tu esposa.

Comencé a reír.

-Claro que sí, yo soy la esposa de los reyes de la luna.

Ella suspiró profundamente llevando su mano hasta su pecho. Está espantada.

-¿Elizabeth?

Sonreí.

-¡Eres una idiota!

Ella me golpeó con la almohada repetidas veces mientras yo me cubría algo risueña.

-¡¿Estás loca?! ¡Joder!

Noté que su voz se quebró. Me espanté con eso. No esperaba que fuese así de malo...

Her. [G!P] - szzie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora