Un Mundo de Espadas⏸️

Capitulo 4

Capitulo 4: Una promesa de victoria.

N/A: Está bien, admito mi error. Usar la Incineración de la Humanidad fue una mala idea, especialmente porque ni siquiera he terminado la Gran Orden, así que realmente no entiendo las implicaciones de esto. Cuando se trata de eso, usé la Incineración como un medio para matar a Shirou más que cualquier otra cosa. También me permitió hacerlo de una manera que minimiza el contacto con la palabra anterior. Así que sí, mi mal.

Lo siento si volver a subirlo les da un poco de latigazo, pero tan pronto como subí este capítulo vi una reseña con una muy buena pregunta, así que decidí responderla ahora y no más tarde.

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"¡Vamos vamos!" Elizabeth arrastró a Shiro por las concurridas calles de la ciudad, ambos padres no muy lejos. Hoy era un día importante para Elizabeth. Recientemente había cumplido ocho años y un caballero del reino había llegado para supervisar el ritual. Por supuesto, Elizabeth tenía que tener a su mejor amigo presente cuando invocara su espada.

¡Cuando invoque mi espada, finalmente podré vencerlo de nuevo! Elizabeth pensó para sí misma. A pesar de ser un año mayor que él, Shiro ganaba sus peleas de juego la mayoría de las veces. A pesar de que tanto Lisa como Evan la instruyeron extensamente, la habilidad de Shiro siempre superó a la suya, aunque solo fuera un poco.

"Estoy justo detrás de ti, Lizzy", dijo Shiro. La primera vez que la llamó así, lo golpearon en la cabeza con una espada de madera. Fue solo tres años después que Elizabeth dejó que el niño la llamara por su apodo.

"Lizzy, estamos aquí", Elizabeth casi pasó la tienda antes de detenerse con un chillido. Se dio la vuelta para ver a su madre, Lisa, señalando una pequeña tienda de campaña con una fila de niños parados afuera. Luego se volvió hacia Shiro.

"¿Por qué me miras?" Shiro tenía una pequeña sonrisa en su rostro. "Ve a hacer fila".

"Solo espera", respondió Elizabeth. "¡Invocaré la mejor espada jamás vista!"

"Por supuesto que lo harás," Shiro le palmeó la cabeza.

"¡Oye! ¡No puedes hacer eso!" La pequeña niña apartó la mano de Shiro.

"¿Por qué no?" Shiro la inclinó hacia él.

"Eres más joven que yo", resopló Elizabeth.

"Bien," Shiro negó con la cabeza. "Adelante. Te estaremos esperando".

"¡Bien!" Elizabeth inmediatamente sonrió y se dirigió al final de la fila. Después de un par de minutos, un niño salió con una espada. Elizabeth no sabía qué tipo de espada era, pero se veía genial. Su padre probablemente podría decírselo. Siempre ha sido un poco loco por las espadas.

A medida que lentamente comenzaba a moverse hacia arriba, más impaciente se ponía. Sabía esperar, pero para algo tan importante…

"Hola, Lizzy", Elizabeth se dio la vuelta para ver a Shiro a unos metros de ella.

"¿Qué deseas?" Elizabeth espetó. Luego retrocedió al escuchar su tono. "Perdón."

"Está bien", sonrió Shiro. "Parece que estás a punto de gritar".

"Eso es porque lo soy", Elizabeth respiró hondo. Luego dio un par de pasos hacia adelante cuando entró otro niño

"No te preocupes por eso", Shiro miró la línea y su sonrisa se amplió. "Ves, ya casi estás ahí".

Elizabeth miró y vio que solo había dos niños delante de ella. Eso trajo una sonrisa a su rostro.

"¿Estás listo para perder?" Elizabeth preguntó con una sonrisa de suficiencia.