Capítulo 13

200 20 2
                                    


—¿Estás bien, jovencito? —pregunta la mujer.

—Sí —lo pienso unos segundos —No.

—¿Te duele algo? ¿Ocupas llegar al hospital?

Lo que tengo no se cura en un hospital

—Estaré bien, gracias —intento sonreírle, pero por mis lágrimas tal vez es más parecida a una mueca.

—Todo estará bien —pone su mano en mi hombro y quiero decirle que lo dudo, porque ¿Cómo haces que un chico heterosexual se enamore de un chico gay? No lo haces y esa es la parte fea.

—Eso espero —contesto para ser amable.

Unos minutos después me bajo del autobús, no sin antes despedirme de la mujer. Mi casa está a un par de cuadras, pero mis ojos aún están hinchados y mis padres preguntaran. ¿Qué puedo hacer? Lo único que viene a mi mente es José. Saco mi celular y le marco; contesta al tercer timbrazo.

—Hola, Bren.

—¿Estás ocupado? —intento no sonar mormado.

—Uh... termino algo de tarea, ¿estás bien?

—Estaba pensando en que vinieras a dormir a mi casa —soy bueno cambiando de temas.

Por favor di que sí, papá te ama y a mí me ignorara mientras estés tú. Egoísta de mi parte y egoísta del suyo, pero es mi salvación.

—Uh... aún falta para que termine mi trabajo y tengo que leer unos libros, bueno... empezar a leerlos.

—Puedes hacerlo en mi casa, puedo ayudarte —Eso sonó como suplica, pero no quiero estar solo —Por favor —mi voz se quiebra al final.

—¿Bren? ¿Qué está pasando?

—Quiero que vengas —susurro.

—De acuerdo. Llego en 10.

—¿Qué sean 7?

Lo escucho reír.

—Que sean 7.

—Te espero.

—De acuerdo.

Cuando cuelgo me siento en la acera frente a mi casa. José tarda exactamente los siete minutos, pero el pobre llega corriendo con su mochila en el hombro. Se detiene frente a mi intentando recuperar el aliento, pero al ver mi rostro aún un poco hinchado deja caer la mochila en la calle junto a mí y se sienta.

—Bren... ¿Qué sucede? —No me mira, sino que se queda viendo a la casa al otro lado de la calle. Se lo agradezco.

—Eres un buen amigo, ¿sabes?

—Tú también lo eres —Es bueno para seguirme en el cambio de temas.

—Yo... he mentido.

Se gira a verme.

—¿De qué hablas?

—No... te he dicho todo. No he sido muy honesto y no lo mereces... porque eres un buen amigo.

—Bren... me asustas. Habla.

No estas más asustado que yo. Vamos Bren, dilo de una vez.

Miro su rostro lleno de preocupación. Él no merece eso.

—Estoy enamorado, José —Finalmente lo admito.

—Bien —dice lentamente sin dejar de ver mi cara. Sabe que es más que un simple enamoramiento.

—Yo... —No puedo decirlo ¿y si lo pierdo? ¿y si no quiere a un gay como amigo?

—Estoy aquí, Bren —pone su mano en mi brazo —Sigo aquí.

Aquí y ahora (Serie amigos #0.5)Onde histórias criam vida. Descubra agora