Capítulo uno.

6.3K 548 357
                                    

"Mundial de Quidditch"

Draco estaba sentado en el suelo de su habitación, apenas podía respirar. Todo era demasiado, mucho ruido, mucha información.

Su pecho no tenía el espacio suficiente como para sostener sus pulmones, corazón y costillas. Sentía que todo se comprimía.

Temblaba, mientras las lágrimas caían sin control.

Cuando bajó del tren y se fue con su padre, no pensó que nada sería tan malo, no podía empeorar más que su anterior vida.

Sí pudo.

Si está.

Lucius Malfoy, un sangrepura de alta estirpe, con un legado importante, que tenía un puesto seguro en la alta sociedad, era un maldito imbécil.

Draco ya lo sabía, pero la reconfirmación parecía necesaria para su padre. Tenía que meterse más en un pozo profundo, de dónde no podría salir nunca más.

Draco lo había dejado hundirse, hace mucho. La única rama de olivo en su haber, era para su madre... y ahora mismo quería prenderlo fuego. Ninguno de los dos usaba el cerebro, demasiado cegados por ellos mismos, lo cual era irónico.

Se limpió las lágrimas con frustración.

Fue una charla corta, si es que se le podía llamar charla a eso.

El tema empezó mal ni bien volvió de Hogwarts, con su madre esperándolos en la sala, elegantemente enfundada en un vestido gris, sentada tomando té.

Lucius no había intercambiado palabras, hasta que llegaron a la casa. El hombre lo ignoró, fríamente, como si pensara que a Draco le afecta el desplante.

El viajero del tiempo vive por el destrato, solo alimenta más sus ganas de destruir a Voldemort, y dejar en ridículo al imbécil que decidió que era buena idea tener un heredero, aún sabiendo que no tenía las herramientas para ser un padre.

Mucho menos uno bueno.

Estaban tan tranquilos, tomando la merienda, y hablando de familia, amor y lealtad.

Draco no entendía cómo alguien podía ser tan estupido.

Pero hablaba de Lucius Malfoy, obviamente podía serlo. Incluso más, si se le daba la oportunidad.

Su madre y él no compartieron mucho tiempo ese verano, con su padre asegurándose de aislarlo. Cómo si necesitara separarlos, para vulnerarlo de alguna forma.

Poco y nada le importaba eso al rubio, habiendo pasado ya años recluido en su cuarto, hablando con Harry. Aunque, claro, ahora el elegido estaba de vacaciones en las playas del Caribe, disfrutando de su familia.

No hablaban tanto por ello, pero Draco no se quejaba, estaba feliz por él. Le alegraba saber que estaba teniendo una buena vida, no como la que probablemente tuvo en su vida anterior.

Incluso si aún tenía que pasar unos días con sus tíos, Sirius se aseguraba de estar en la casa de los Dursley cada mañana, para asegurarse de que su ahijado estuviera bien.

El quiebre, como Draco piensa llamarlo, fue unos días antes del Campeonato Mundial de Quidditch. Su madre lo llamó, por medio de una lechuza, porque para qué ir a buscar a su propio hijo, pidiéndole que vaya al despacho de su padre.

Lucius tenía unas túnicas raras encima, completamente negras, pero incluso más largas y se veían menos costosas que las que habituaba.

Sintió un escalofrío, divisando el borde de una máscara, cerca del librero lateral de la oficina.

Go back in time: Cuarto año.Where stories live. Discover now