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El jeep de los hermanos Stilinski iba a todo terreno, camino a la fábrica, dónde se encontraban sus amigos en peligro. Los cazadores asechaban, y habian atacado, y los hermanos no iban a quedarse de brazos cruzados viendo a su manada morir.

Ambos iban de camino a Beacon Hills. Detrás de ellos los seguía el auto de Derek Hale. Cuanto más cerca estaban Laia lograba oir disparos, demasiado disparos.

—¡Acelera, Stiles!— Pidio Laia entrando en desesperación, pensando en que sus amigos pueden llegar a estar heridos.

—¡Ya voy, Ya voy!— El mayor de los gemelos pisa más fuerte el acelerador de la camioneta y logran ver un hombre apuntandole a alguien.

—¡Pisalo!— Es lo unico que dice Laia antes de saltar del auto.

—No pensaron que harían esto sin los hermanos Stilinki, ¿O si?— Pregunto Stiles por la ventana mientras que arriba del auto se encontraba Laia con sus ojos amarillos brillantes.

—O sin mi—Derek, llegó al lado del jeep. Ambos lobos rugieron antes de abalanzarse sobre los cazadores. 

Con la ayuda de los dos nuevos lobos, que se habían unido, los demás de la manada no tardaron en salir de sus escondites para poder defenderse. 

—No puedo creer que no nos dijeran nada de esto— Se quejó Stiles, cuando los cazadores escaparon— Ni una palabra, ni una sola palabra.

—Teníamos nuestros motivos, muy buenos motivos— Contesto Lydia, mientras todos se acercaban a Deucalion, quién estaba gravemente herido.

Cuando Laia llegó, junto con Derek y Peter, el alfa ya había muerto.

—De verdad empezó ¿O no?— Preguntó Malia.

—¿Qué cosa?—Preguntó Stiles.

—Una guerra total— Dijo Scott levantandose de su lugar y mirando a Derek y a Laia, hace tiempo no sabía nada de ambos.

Desde la muerte de Allison nadie supo nada de Laia, solo que se fue a Los Angeles a estudiar y poder lidiar con el duelo de perder a su mejor amiga y el que su novio la haya abandonado por irse a Francia.

Rapidamente Scott se acercó a Laia y la abrazo con mucha fuerza, ellos siempre fueron mejores amigos, el trio de oro, junto con Stiles, la había extrañado demasiado, tanto que le escribía todos los días esperando una respuesta que jamás recibía.

—Aunque me fascina esta reunion familiar improvisada— Dijo Peter arruinando el momento— ¿Qué hacen aquí?— Refiriendose no solo a la castaña, sino a su sobrino también.

—Encontré una manada masacrada en Brasil, había dos palabras escritas con sangre "Beacon Hills".

—¿Regresaste por Beacon Hills?— Preguntó Scott.

—No, regresé por ti, y mi manada, o lo único que queda de ella— Dijo mirando a Laia, quién le dio media sonrisa.

Pero el momento fue interrumpido por la radio del jeep de los Stilinski, dónde se escuchaba la voz de Gerard Argent, y rápidamente la manada trotó hacia el auto.

—Sangre y destrucción, y las escenas de muerte tan familiares. Las acciones bárbaras sofocarán toda piedad, y el espiritu de Cesar hambriento de venganza, vendrá en compañía de Atis, salida del infierno, gritará en estos confines con su regia voz, ¿Sabes lo que sigue, Scott? ¿Sabes algo de Shakespeare?— Laia movio su cabeza y Scott encendió la grabadora.

—Matanza y desencadenar...

—A los perros de la guerra— Termino Derek por la castaña.

—Guerra, así es. Bienvenidos de vuelta, Laia y Derek. Todos deben sentirse muy nostalgicos ¿Te agrada la reunion familiar que organicé para ti, Scott?

Labyrinth_ Derek HaleWhere stories live. Discover now