Mikumo necesitaba dinero para su familia, ya que se encontraban literalmente en quiebra
Afortunadamente, había algo que lo podía ayudar
Su amigo, Denki, le había hablado sobre un anuncio, diciendo que se necesitaba un sirviente en una mansión
No l...
La música estaba a todo volumen y el único foco de iluminación eran las luces multicolores que se paseaban por la casa.
La gente estaba dispersa por doquier, bailando, hablando, tomando y más cosas que no es necesario narrar.
─ ¿De verdad no quieres bailar? ─ le preguntó insistente a Yamikumo, jalando de su mano en el proceso.
El negó suavemente. ─ está bien, Gocchan. Ve y baila con tus amigos. ─ le dió una cálida sonrisa, no estaba con ánimos de bailar y tampoco sabía cómo hacerlo, así que prefería no pasar vergüenza.
El rubio pareció pensarlo, y le dió una mirada a dónde estaban bailando sus amigos, y luego miró a Todoroki, que estaba junto a él.
─ me lo cuidas ¿Ok?
─ tu novio estará seguro conmigo, Gogo.
─ no som-
─ bien, no dejes que se separe de ti. ─ al terminar de decir esto, se adelantó, besó la mejilla de Akatani y se marchó.
El pelinegro lo siguió con sus ojos brillando de cariño, mientras una suave sonrisa se posaba en sus labios.
« es tan lindo..»
─ se nota que te gusta Gogo. ─ dijo Shoto, mirando a la misma dirección que el.
Mikumo cayó en cuenta de su reacción y enrojeció de la vergüenza.
─ ¿Y-yo? ─ Akatani rió con nerviosismo, rascándose la mejilla.─ Jajaja no.. ¿Qué cosas dices, Todoroki? Yo solo...
Cuando volvió a mirar a la dirección de Bakugo, lo vió reírse junto a sus amigos mientras bailaban animadamente, las luces encajaban muy bien en el rubio, haciendolo lucir tan hermoso y bello a los ojos del pecoso.
─ lo quiero como un amigo..
Shoto lo miró varios segundos, para luego desviar su mirada hacia su bebida y tomarla.
─ voy a hacer que no vi la cara de enamorado que pusiste.
─ ¡No es una cara de enamorado! ─ chilló el menor.
─ para mí si. ─ respondió con una leve sonrisa. ─ además creo que es mutuo.
El pecoso parpadeó algo atónito por lo dicho del más alto. ─ ¿Lo crees? E-es decir.. ¿Por qué lo crees?
Tomó un sorbo de su bebida, para luego mirarlo con cierta mirada y aclarar su garganta.
─ veo como lo miras, a tus amigos y a nosotros no nos miras de la misma manera, con él tienes un trato especial, tienen esa quimica. ─ respondió, dando otro sorbo. ─ Gogo es el más evidente de los dos, te trata como no trató a ninguno de nosotros, a nadie, ni a Eijiro que se conocen de toda la vida. El te dice esas cosas en la cara e incluso te da esa mirada de que claramente quiere algo. ─ ensanchó su sonrisa. Era obvio que él sabía que el cenizo empezó a sentir cosas por este chico, pero solo lo hacía para ver qué reacción tenía Mikumo, y estaba obteniendo la esperada:
Un Yami atentó a todo lo que le decía, y su rostro mostraba un claro rojo en sus mejillas y una mirada cargada de ilusión.
─ y-yo..
─ ¿Quieres un poco? ─ le dijo mientras le extendía su bebida.
─ no tomo alcohol..
─ vamos, te gustará.
El pecoso miró con duda el líquido transparente, y luego a su acompañante.
─ está bien.
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