9 de enero de 1994

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El Potterverso es de Rowling


Severus bebía su taza de chocolate caliente con el resto del profesorado. Encabezaba la mesa como cada nueve de enero. Aunque ese año era diferente, pues el té habitual se había sustituido por chocolate debido a la presencia de dementores. Le gustaba el chocolate caliente; era de las pocas maneras que toleraba el chocolate, pero durante ese curso ya se había cansado de beberlo. Había bebido chocolate caliente para toda una vida.

Ese cumpleaños también era diferente porque era la primera vez que lo celebraba en presencia de un Merodeador. Remus Lupin. El licántropo que casi lo mató en quinto año por una broma de los Merodeadores. No podía quitarle la vista de encima y sabía que el licántropo se sentía incómodo recordando las aventuras que tuvo él con sus amiguitos siendo él su principal víctima. Puede que Lupin no participara en la mayoría de las bromas, pero o participaba o se quedaba al margen sin hacer nada. Y a él eso no le servía de nada. Tan culpable era el que tiraba la piedra como el que miraba como tiraban la piedra a otro compañero sin decir nada a los profesores. ¡Y eso que era prefecto el mal nacido! Lupin participaba también en los ataques cuatro contra uno hacía él. Gryffindor. Mucho que tenían la palabra valentía en la boca pero a la hora de la verdad el magnánimo James Potter no se atrevía a hechizarlo si no tenía a sus tres lameculos detrás guardándole la espalda.

─ Feliz cumpleaños, Snape. ─ Lupin le tendió su regalo algo tenso y luego carraspeó.

Severus lo abrió. Un juego de plumas. Era un regalo un tanto estándar pero no podía culpar a Lupin. Los profesores de DCAO solo llevaban pocos meses con el resto del profesorado para saber sus gustos personales por lo que optaban por regalar pergaminos y plumas de buena calidad, entre otros detalles que podían regalar al mismo profesor sin tener en cuenta que fuera joven o anciano.

Estuvo a punto de decirle que se metiera el juego de plumas por el culo pero decidió ser cortés. Le daba pereza que Dumbledore le echara la bronca después. Porque sabía que en caso de ser grosero se la echaría.

─ Gracias, Lupin.

─ Que buen detalle, Remus. Los Profesores en Hogwarts gastamos mucha pluma y pergaminos, seguro que Severus podrá corregir muchos ensayos usándolas.

La ceja de Severus empezó a moverse en un nervioso tic y se le hinchó la vena del cuello. A veces, le daban ganas de acuchillar a Dumbledore.

─ Toma mi regalo, Severus. ─ Dumbledore le tendió un paquete. Era una taza de color negro con toques azul oscuro. El primero era uno de los colores favoritos de Severus, junto al verde y al plateado, y el otro uno de los colores favoritos de Albus junto al morado y al mostaza.

─ Gracias ─ el pocionista agradeció al director de forma sincera. Aunque ya no tenía sitio para poner todas las tazas que le regalaban por el amigo invisible, en Navidad o su cumpleaños.

Pomona Sprout le regaló un libro de herbología sobre las propiedades de las plantas para las pociones. Había salido nuevo en el mercado hacía una semana. Filius Flitwick un libro sobre nuevos ataques de duelo y Minerva McGonagall un cuchillo para cortar ingredientes con sus iniciales grabadas.

Los regalos de los demás no distaban mucho de los otros años, o era ropa o algo relacionado con las pociones. Argus Filch ya estaba más animado que el año anterior ahora que la Señora Norris ya estaba del todo recuperada. Incluso le palmeó la espalda cuando le entregó la bufanda marrón con cuadros verdes y granates como presente.

─ Este es mi regalo, Severus. ─ Charity le sonrió y le tendió su regalo.

Era un libro sobre yoga. Ambos se aficionaron a él dándose cuenta que les producía paz mental y les ayudaba a sobrellevar mejor los traumas de su niñez.

Los cumpleaños más importantes de la vida de SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora