EL PRIMER DÍA (capitulo de Humberto)

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- Hola, mejor amigo o eso es lo que me gustaría decirte, querido diario con portada del gobierno, ojalá me hubiese alcanzado para algo más que esto, que digo a mi, a mi madre, casi no le alcanza nada desde que cerraron el tianguis por supuestos problemas de salubridad. Pero bueno, supongo que tengo que presentarme, es la primera vez que hago esto, mi nombre es Humberto, vivo en una pequeña casa de madera, con techo de lamina y esta es mi historia, una historia que no le contaría a alguien mas que a ti.

Supongo que tengo que empezar por el principio; Mi padre, Eduardo, era un tipo muy problemático, se la pasaba en las cantinas, conoció a mi madre en el kiosko de una plaza de la ciudad y cambio una vaca a su familia a cambio de ella, pero no pudo dejar sus problemas de alcohol, ni siquiera con mi nacimiento; eso solo agravo los problemas, pues supongo que ya lo sabes pero soy un hijo no deseado y eso realmente me lo hacen saber, Eduardo era el típico padre que cuando México perdía el mundial, nosotros como familia lo hacíamos también, recuerdo que cuando era un bebé, el idiota solía darme coca cola en lugar de leche porque según era más barato, me pegaba si las tortillas que compraba estaban frías, me dio a probar cerveza de niño, honestamente en ese entonces sabía a culo, aunque si le agarre adicción al cigarro, la verdad no me hacer ver cool, a veces me pegaba con una manguera por pedirle dinero, lo único bueno de eso es que aunque a chingadazos me hizo más independiente, a sí, tampoco me dejaba ver la tele y me decía que me pusiera a "jalar", era un hijo de su madre que veía a mamá más como la sirvienta que como mamá, una vez llevo a una señora extraña, más joven que mamá a la casa y mamá no podía parar de llorar, era un niño pero sabia que es lo que pasaba. Te preguntaras que paso con papá Eduardo, bueno, la historia es algo graciosa, vivo en el third world, una tierra donde la ley no existe, mi padre le debía mucho dinero al Javier Lopez alias "El Bandejas", ellos estudiaron juntos la secundaria hasta que bandejas, la dejo y se metió al narco a los 12 años, tuvieron una larga amistad, basada en las peleas y en que Bandejas quisiese reclutar a papá para el grupo de "Los Manos Largas", papá pudo haber sido un maltratador, un infiel, un mal padre, un tacaño, un machista, un alcohólico y un cobarde, pero jamás un narco, así que siempre se negaba, hasta que un día, Bandejas hartó de que Eduardo siempre le pidiese dinero y no pagase ni se uniese, lo subió a una camioneta y al día siguiente en las noticias apareció que mi padre se había suicidado de 20 disparos en la espalda en un terreno baldío. Actualmente solo vivó con mi madre, una pobre señora arrastrada por la vida que nos mantiene trabajando en la vida galante después de que cerraran el tianguis y yo, que parece que sigo el mismo camino que papá. Supongo que ahora que me conoces más, y no te has ido, puedo contarte todo, así que aquí estamos; hoy, es, el primer día.

En la primera hora de clases como era de esperarse no conocía a absolutamente nadie hasta que ese tipo raro de atrás con el uniforme roto se acerco a mi, era de piel morena, un poco gordito, con un bigote de Cantinflas, se veía como un alucín, tenia los dientes amarillos, apestaba a crema y especias, disimulado con axe de chocolate, pero era un buen tipo y me dijo:

Alan: Hola, soy Alan, me gusta el porno furro y el futbol, ¿Quieres ser mi amigo?

Prota: Sí, aunque hueles a cebolla.

Alan: ¿Cebolla?

Prota: Es que si hueles medio raro wey

Y así fue como comenzó una amistad que duraría para gran parte de mi vida.

Desde entonces, mi primer día parecía Alan y yo vs el mundo, un mundo que no había sido bueno conmigo pero ahora me estaba dando un amigo, o eso pensaba hasta que conocí Mariana Dávalos D. Peluche, aunque su nombre sea algo raro, mejor me referiré a ella como Mariana. Es curioso, estaba yendo a comprar a la cafetería cuando dé repente un perro que se había colado a la escuela, percibió el aroma a crema y especias de Alan por lo que decidió atacarlo, como buen amigo me metí en medio, pero no sabia que hacer, solo me agache y metí el brazo, en mi cabeza ya daba por perdido mi brazo, nadie se atrevía a meterse entre el perro y yo, hasta que una chica chaparra, algo gótica, fanática de lo sensual, creyente del horóscopo, de pelo corto, uñas pintadas de negro, dientona y peli azul se atravesó y lanzó el pollo asado que andaba comiendo hacia un terreno baldío, no sin antes asegurarse de que el perro lo oliese, salvándome en el proceso, ese día cambio mi vida...



Third World: The Love Of PoorsWo Geschichten leben. Entdecke jetzt