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Podría poner la música a tope

Y salir corriendo en tropel

Para buscar una manera de despistar

A todos los recuerdos que me quedan de ti al despertar.

Dormiría sobre el mar,

Nadaría entre las nubes,

Mientras no viese brotar

De mi rostro la vejez.

Pero ya no puedo desterrarte de mi memoria,

Sería una obra contradictoria.

Siento tu impotencia,

En la arteria de la inocencia.

Dirías si pudieses:

'Yo tampoco puedo olvidarte'

Formas parte de mis pensamientos,

Formo parte de los tuyos,

Eso es odio a primera vista.

Solo pretendes despistarme

Y entretenerme

Y como en una llama

Prenderme.

Algo me hace feliz,

No creo que haya cicatriz.

Bailo dando vueltas sobre mi misma

Como una peonza cayendo desde una cornisa,

Giraría mareada hasta alcanzar desmayada la puerta donde tú esperas con impaciencia mi ya tardía respuesta.

El sonido de mi timbre es jolgorioso y tus dedos maravillosos.

Podría llamarte pesado,

Pesado, muy pesado,

Porque eres tan pesado en el aire

Que me ahogas en cualquier instante.

Quiero abrirte la puerta,

Las dos puertas,

La de mi casa

Y la de mi corazón.

Aunque primero tengo que buscar las llaves

Porque por despistada las he perdido y por tenerte en mi mente no las encuentro.

Paro de bailar,

Ya no hay música para sentir sino pulmones que contraer.

Corro hacia la puerta,

Triste miro por la mirilla como te alejas,

Quizá para no volver nunca más.

(Letras y sentimientos, por una vez desenvueltos. Ojalá y esperéis otro día más de este mes.)

Tuya y entre estacionesWhere stories live. Discover now