37-Secuestro

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𝐀𝐒𝐇𝐄𝐑

ENTRE NOSOTROS

Ya casi eran nueve, ella deberia de salir ahora de sus clases de Pole Dance y luego se iría en casa a pie, quién se iba a creer que la hija de Brianna escaparia de un psiquiátrico para empezar una nueva vida lejos de su familia. Pensaba en cumplir con la parte del plan, secuestrarla... Hace como 3 meses que espero este día, el día que podría tenerla a mi lado.

No voy a mentir, fue bastante difícil deshacerme de su amigo, era necesario matarlo el estaba en medio de mi camino y tuve que apartarlo, le di una oportunidad para apartarse y no lo hizo. No es el primero ni será el ultimo, seguiré en deshacerme de las personas que se metan en mi terreno.

Me estaba fumando un cigarro mientras la esperaba en el auto con todo mi material, un pañuelo y morfina eso era todo lo necesario, no lastimaría a mi queria Darcy. Ella seguía siendo peligrosa, y lo sabía. No le hará ninguna gracia verme después de tanto tiempo y más cuando fui cómplice del asesinato de su madre.

-Ya es hora.--Hable solo, estaba saliendo de sus clases, es realmente hermosa con sus ojos negros que brillan en la oscuridad, su cabello rizado y sus labios finos.

Analice el lugar todo era tranquilo ni una mosca rondaba por ahí, me baje del auto con el pañuelo en las manos, me puse los guantes antes.

Fui detras de ella y la llame por su nombre, se giro y se acerco con un poco de dudas.

-Darcy.- Pronuncie su nombre con suavidad.

-¿Nos conocemos?.- Pregunto una vez cerca de mi.

Es triste saber que parte de sus recuerdos fueron borrados de su memoria, cuando su hermano trató de matarla.

-Puede que si.- Le sonreí y me abalance en ella, puse el pañuelo en su rostro y le impedí que respirase, solo pudo respirar la morfina. Poco a poco fue perdiendo las fuerzas, sus ojos se cerraban, la sujete por la cintura antes que perdiera el equilibrio.- Ya eres mía.- Sonreí.

DARCY

Un ruido provocó que abriese mis ojos poco a poco, los rayos del sol golpean mi rostro y un olor diferente entran en mis doses nasales.
Analizado en donde estoy y buscando en mi mente lo que ocurrió, todo es muy confuso solo logro recordar esa voz que pronunció mi nombre con mucha tranquilidad.

Doy el esfuerzo de levantarme pero unas esposas están en mi muñeca, todo está oscuro menos los rayos del sol que traviesan en una pequeña ventana.

-¡Ayuda!.- Grito, trato en liberar mi muñeca, pero es inútil no funciona ningún de mis tácticas. Separé mis labios para gritar de nuevo, y esa voz que apenas conocía me interrumpió.

-Shht, no grites linda.- A penas termina su frase, giro mi cabeza por todo lados y no encuentro a nadie.

-¿Quién eres y qué hago a qui?.- Pregunto sin poder ver de dónde provenía esa voz.

-Estas aquí por qué yo lo decidí.- Me respondió, y pude ver hacia la derecha una silueta de un hombre acercándose .

-¿Nos conocemos?.-Le pregunte mientras él se acercaba con mucha seguridad.

-Tal vez.- Salió de la oscuridad y pude verlo con mucha más claridad.

Cabello negro, alto y con un cuerpo bien trabajado, tiene las manos en los bolsillos de su pantalón y su camisa se aprieta marcando su abdomen. Me quedé observándole sin perderme ningún detalle, levantando mi rostro sus ojos que dejaron sin palabras. Esos ojos no eran como los demás, su color era celeste pero él tenía algo que los otros no tenían, detrás de esos ojos bonitos, estoy segura que hay mucho de que descubrir.

Adolescencia PérdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora