Capítulo 29: Declaración

414 51 43
                                    

Tocaste la pantalla de tu celular por quinta vez en lo que iba de sesión de estudio para ver la hora que era. Estabas bastante nerviosa puesto que, al terminarla, querías pedirle hablar y así aclarar todo este caos mental de los últimos días.

Te estaba costando concentrarte en la clase más de lo habitual. Seguramente él lo habría notado, aunque como ya era costumbre no te decía nunca lo que pensaba; es más, cuando se presentó en la biblioteca ni siquiera mencionó nada de lo ocurrido la tarde anterior con su hermana. Actuaba como si nada hubiese pasado.

La alarma de tu celular sonó indicando el final de la sesión de estudio.

-          Uff. Hoy ha sido duro - dijo él estirándose en la silla.

Se levantó y al igual que tú comenzasteis a recoger vuestras cosas.

Salisteis del instituto y fuisteis en dirección a su moto, pues ese día él te llevaría de regreso a casa.

Tratabas de buscar el momento oportuno para pedirle hablar, pero no lo encontrabas. Una cosa estaba clara, debía ser antes de llegar a tu casa. No te querías arriesgar a que tus padres estuviesen en casa y os escucharan desde la ventana.

Cuando Gyutaro se detuvo en un semáforo en rojo, aprovechaste para preguntarle.

-          Oye, ¿estás libre ahora? -

-          Claro. ¿Quieres una cita? -

-          "Tan lanzado para unas cosas, pero tan tímido para otras" - pensaste.

Pausaste un momento la conversación mientras le lanzabas una mirada de incredulidad.

-          Más bien quería comentarte una cosa. ¿Podemos hacer alguna parada antes de ir a mi casa? -

-          Supongo que si - dijo no muy convencido.

Condujo un rato más hasta detenerse en un parque cercano. El lugar no estaba muy abarrotado lo que te brindó un poco de tranquilidad.

Bajasteis de la moto y Gyutaro se sentó en un banco cercano, en una posición relajada con sus brazos extendidos a ambos lados del respaldo del banco. Tú algo más nerviosa te sentaste a su lado. Tuviste un momento de pánico mental pensando como debías enforcar la conversación.

-          ¿Y bien? - te dijo esperando que comenzaras.

-          Lo de ayer fue un poco... inesperado. ¿Estás bien con tu hermana? -

-          Je - rio él - Solo es una discusión entre hermanos. No debes preocuparte por ello, no es nada importante. -

-          Ya veo - le miraste de reojo, él se veía calmado - Es solo que me resultaba raro que no comentases nada de ello hoy. -

-          Pensaba que no tenía importancia. -

-          Entonces, ¿los besos que me has dado tampoco la tienen? -

Se incorporó al momento de escucharlo y te miró con cara de sorpresa. Fuiste bastante directa en decírselo, pero no querías enredarte más en la conversación. Tú estabas en ese momento roja como un tomate.

-          ¿Qué? - dijo con su voz entrecortada.

-          Ya sabes. En la azotea, en el templo... ¿te suena? -

Estaba notoriamente nervioso. Su rostro comenzaba a adoptar un tono parecido al tuyo. Trataba de decir algo, pero de su boca no salía ninguna palabra.

JUNTOS💚Where stories live. Discover now