No te cases

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Pareja principal: Juan Román Riquelme & Pablo Aimar

¿Es tarde para que él le confiese sus sentimientos?

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1999

Hacía frío en Buenos Aires, diez grados y lloviendo; para algunos era el paraíso, pero para otros era un infierno, como por ejemplo para Pablo, que esperaba a Román en las afueras de la estación de servicio. Se cubría con lo que tenía, una campera gruesa que algo le ayudaba para combatir el frío, y también tenía el techo de la estación pero no servía de mucho ya que el viento le soplaba en la cara, causándole escalofríos.

Para su suerte, oyó unos bocinazos que provenían de un auto que se dirigía a él. Era Román, estaba cálido por el aire caliente de su coche y a eso lo acompañaba con unos temas de la época.

-Ahi llegó don Riquelme, era hora - pensó el cordobés.

-¿Lo hice esperar mucho tiempo, señor Aimar? - preguntó Riquelme en broma.

-No, para nada - respondió con obviedad Pablo.
-Con lo que me gusta la lluvia, culiado - agregó.

Juan Román dejó escapar una risa y le abrió la puerta del copiloto a su amigo, se saludaron con un beso en la mejilla y cuando se separaron, ahí Pablo lo vió bien; el cabello lo tenía bien cortado; su rostro tenía el color blanco con toques naranjas; y su sonrisa de dientes blancos. Todo eso enamoraba más y más al centrocampista de River, sí, Aimar llevaba más de un año encantado por la estrella de Boca Juniors, pero no quería confesarle su amor, ya que eso no solo arruinaría la bella amistad que tenían, también arruinaría el resto de carrera que tenía por delante, pues para esa época el fútbol era un deporte machista y homofobico. También era porque su amigo bostero salía con una chica muy linda llamada Támara, la odiaba pero Román era feliz al lado de ella, y su felicidad era lo que más quería, claro si era él el que se la diera.

-¿Qué pasa, payasito?, ¿Tengo algo en la cara? - preguntó Román pasándose la mano por su rostro, pensó que tenía una imperfección por la mirada fija de Aimar.

-¿Eh?, no..pa..para nada, pa, me colgué nomás - dijo con un toque de nerviosismo Pablo.

Román río nuevamente, mostrándole su dentadura blanca a Pablo, y Pablo teniendo un 'ataque' al corazón gracias a la lindura de Riquelme.
El jugador de Boca arrancó el auto, dirigiéndose a su "cita" con el acompañante, tendrían una salida de dos ya que Román quería contarle algo importante para él a su fiel amigo.
Riquelme estaba tranquilo de algún modo, pero el que estaba ansioso era Pablo, por llamada escuchó al delantero super emocionado y con ganas de salir;  llegó a pensar que podría declararse a él, más no se hizo ilusiones, ya que si no era así saldría con el corazón partido al medio.

Al llegar al lugar, ambos bajaron del auto del bostero y luego de que este pusiera traba a las cuatro puertas, caminaron hasta el puesto de comida que les quedaba cerca. Pablo pidió un sándwich de matambre, mientras que Román ordenó un choripan, el cocinero les confirmó que sus pedidos estarían listos muy pronto, los jugadores agradecieron y fueron a sentarse a una de las mesas con sombrilla que había en el lugar iluminado de luces naranjas.

El sonido del río tranquilizaba a Pablo, era relajante escuchar como el viento formaba pequeñas olas que chocaban contra las piedras, a pesar del olor a pescado, le gustaba estar en ese lugar.

De tan concentrado que estaba en el reflejo de la bella luna sobre el río, no oyó que Román lo estaba llamando.

-¡Pablo Cesar Aimar, te estoy llamando! - gritó, asustando al menor.

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