Irresponsables

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Pareja principal: Alejo Véliz & Matías Soulé

Donde Alejo y Matías son acusados de irresponsables después de que se diera la noticia de que estaban esperando un bebé

~ONE SHOT CON ESCENA +18~
AU: M-preg, no omegaverse - hermafroditismo

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Matias

Hola a todos, soy Matías Soulé, tengo veinte años, y soy oriundo Mar del Plata. Soy futbolista profesional, juego para el Frosinone de Italia, a préstamo por la Juventus, y para la selección sub veinte de mí país, Argentina. Hablando de sub veinte, tendría que estar entrenando a la par de mis compañeros, ya que mañana tenemos nuestro primer enfrentamiento contra Uzbekistán por la copa del mundo sub veinte, a la que clasificamos por ser solamente anfitriones, menos mal.

Como decía, tengo que estar entrenando con ellos, pero qué pasa. Cuando sos joven, las hormonas empiezan a bailar dentro de tu cuerpo, se ponen locas y vos salís perjudicado; ahora, en este momento, alguien está provocando a mis hormonas, esa persona es mí compañero Alejo Veliz. Estábamos en nuestra habitación, Ale me daba besos por todo el cuello, me tenía debajo de su cuerpo y yo mientras tanto enrollaba mis piernas en su cintura.

-Me volves loco, matute - susurra a mí oído.

Me reí en su oído cuando lo escuché decir un apodo que usaban mis compañeros conmigo, y obvio él también, matute. Era un apodo re pelotudo pero me supe encariñar con él, sin embargo, creo que cuando Alejo y yo estamos en una situación..horny no sé si sea indicado usar aquel apodo, decí que yo también me pongo la diez y no le digo nada.

-¿Qué tienen vos y los chicos con ese apodo? - le preguntó viéndolo a la cara.

-Es lindo, como vos - me dice Alejo.

-Hum..¿Lindo yo? - le pregunto en broma, obvio que tengo una buena autoestima.

-Es verdad, vos no sos lindo, sos hermoso - corrige retomando los besos.

Mis jadeos y gemidos seguían en aumento, Alejo se puso a chuparme el cuello. Creo que voy a tener más de una marca, la puta madre.

En menos de un minuto, Alejo me quitó la camiseta de entrenamiento, la tiró para algún rincón de la pieza, me dió vuelta quedando yo boca abajo y empezó a repartir besos por mi espalda. Me daba escalofríos sentir sus labios pasar por mi espina dorsal, sin embargo, no podía quejarme, era hermoso el momento que estábamos pasando.
Cuando presentí que estaba en mi parte baja, que sería mi culo, lo sentí bajarme el pantalón, dejándome nada más con el boxer. El calor que tenía era impresionante.

-Yo ya desayuné, pero me quedé con hambre - susurra lanzando una risita al final.

-Bueno..¿Qué esperas? - le pregunto mostrandole cero timidez.

Me pegó una nalgada, haciendo que yo gimiera una vez más, bajó seguido mi bóxer y, tan pronto como me imaginé, lo sentí entre medio de mis nalgas. Su lengua iba y venía, entraba y salía de mi orificio, de paso llegaba a salir para seguirme nalgeando y mordiéndome. Y mientras él mordía mi cola, yo mordía la almohada; admito que temía que uno de mis compañeros o, hasta incluso, el mismo Mascherano viniera a buscarnos y nos encontrara de esta forma, no quería eso pero tampoco quería que Ale se detuviera en hacer su trabajo, estaba sintiéndome en el cielo, literal.

Por más que tratara de callar mis jadeos, se me era imposible. La lengua de "mi novio" era tan experta y calentita. De un momento a otro, ya no sentí su cara en mi culo, miré atrás para ver que pasaba y observé como se sacaba él la ropa, dejándome ver el tamaño de su hombría. Era grande, tanto que no sabía si iba a caber entero en mí. Pero luego, recordé otra cosa sumamente importante, diría que más importante que el entrenamiento.

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