Capítulo 2: Alto al fuego

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Chloe realmente dudaba sobre si debía confiar en el ángel. Los suyos habían masacrado a cientos de demonios desde los inicios de su creación. No podía dejar de pensar, mientras caminaban de vuelta a su departamento, que esa criatura seguramente había sido responsable de la muerte de innumerables demonios.

Los ángeles siempre habían despreciado y tratado a los demonios como si fueran la escoria más grande del universo. Chloe había escuchado toda su vida historias sobre la crueldad de los ángeles, aquellos relatos describían las torturas por las que pasaban los demonios que eran capturados.
Los atormentaban haciéndolos pasar por los peores sufrimientos antes de matarlos, solo para reírse y burlarse de ellos.

Y ahora una de esas criaturas la estaba siguiendo hacia el lugar donde ella pensaba dormir. La única pregunta que resonaba en la mente de Chloe era "por qué". Por qué se estaba arriesgando de esa manera cuando sabía que era muy probable que no saliera de allí con vida. Quizás ni siquiera sobreviviría esa noche. Había guardado el trompo que había transformado en arma e, incluso ahora, lo sostenía firmemente.
Pero él no la había asesinado cuando tuvo la oportunidad, en la escuela. Eso tenía que significar algo, cierto?

Se siguió repitiendo a sí misma esto mientras entraba al edificio en dirección al departamento, muy consciente  de los pasos que la seguían por detrás. Se acercó hasta la puerta y la abrió; como no esperaba tener que quedarse por más de una noche, no la había cerrado con llave.

Chloe entró a la oscura sala y se giró para ver como el ángel cerraba la puerta detrás de sí. Él sí trabó la puerta. Intentó ignorar eso. Luka se giró para quedar frente a ella, pero no hizo ningún intento por acortar la distancia entre ellos y ella apreció que no lo hiciera.

— Escucha, ángel. Este lugar solo tiene una habitación, la cual ya he reclamado como mía esta tarde. Puedes quedarte con el sillón —dijo mientras lo apuntaba— Y que ni siquiera se te ocurra hacerme algo mientras duermo.

Él no respondió. Simplemente miró a su alrededor, aparentemente estudiando los muebles y la disposición del departamento.

—¿Cómo conseguiste todo esto en solo una tarde?—le preguntó.

—Con mis poderes—respondió ella, sin entrar en detalles—El departamento ya venía con todo esto. Hay un baño y una cocina, sin comida. Siéntete como en tu casa.

Habiendo dicho esto, se dio la vuelta y caminó hasta la habitación. Cerró la puerta con un golpe, sin molestarse en dirigirle una última mirada al ángel. Se aseguró de trabar la puerta y se sentó en la orilla de la cama. Seguía sosteniendo su trompo y mantuvo la mirada fija en la puerta, lista por si alguien intentaba entrar. Chloe no le tenía miedo a casi nada, era un demonio después de todo. Es imposible tener pesadillas cuando tu eres la criatura que las causa. Pero, ¿los ángeles? Simplemente le aterraban.

Entonces se quedó allí, en la orilla de la cama toda la noche. Esperando un ataque que nunca ocurrió.

Luka no necesitó quedarse despierto. Sus poderes le indicaron que la demonio probablemente no iba a dormir esa noche, y le darían una advertencia si acaso intentaba atacarlo. Estaba preparado para asesinarla si intentaba algo.
Dudaba que ella lo hiciera de todas maneras. La criatura sabía de lo que él era capaz, no se le olvidaba el terror que había visto en su rostro cuando casi la había asesinado. No sería tan estúpida como para atacarlo. Aunque, bueno... era un demonio.

No perdió más tiempo y se sacó la chaqueta y la remera, para luego recostarse en el sillón. Tuvo especial cuidado con su libreta, asegurándose de dejarla sobre la mesa a su lado. Tomó su espada y la colocó a la altura de su tatuaje, introduciéndola dentro su marca para guardarla con el resto de su magia.

Fathomless - LukloeWhere stories live. Discover now