Capítulo 10: Aceptación

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Luka abrió los ojos lentamente. Había despertado con el cálido sentimiento de su demonio abrazada a su pecho. Así habían sido sus mañanas durante los últimos días desde que Juleka había llegado. Había perdido la noción del tiempo.

Lo único que sabía era que el estúpido baile era la noche siguiente y que Juleka había permanecido casi todo su tiempo en la Tierra registrando y vigilando la escuela, por lo que pasaba muy poco tiempo en el departamento.

Luka definitivamente no se quejaba.

Les dejaba tiempo suficiente para que él y Chloe prepararan la cena y luego se escabulleran en la habitación. Habían compartido la cama y pasado sus noches abrazados desde aquella noche en la que Chloe le había contado sobre sus orígenes.
Luka se preguntó qué dirían sus amigos si lo vieran así. Se preguntó qué pensarían si se enteraran de la verdad. Si supieran lo que el sentia por ella.

Él notó el cambio que había experimentado Chloe la noche en la que le confesó su mayor secreto. Podía sentirlo, como una alarma en el fondo de su cabeza.

Ella también te ama. Ella también te ama.

Él no quería aceptarlo, no quería atreverse a creerlo. Sentía que en el segundo en el que se dejara creer aquello sería el segundo en el que sería probado como incorrecto. Y Luka no quería eso.

Sintió como la chica se movía entre sus brazos antes de abrir sus ojos y mirarlo.

—Hola—murmuró Chloe.

—Hola. Creo que alguien va a llegar tarde a clase—le murmuró Luka.

—Soy culpable su señoría—dijo Chloe para luego girarse para quedar recostada boca abajo, dejando su brazo apoyado sobre el pecho del chico— Creo que no quiero ir hoy —su voz sonó amortiguada por el colchón pero Luka pudo escucharla perfectamente.

Se rió de las bobadas de la chica, luego envolvió sus brazos alrededor de ella y la alzó para que quedara recostada en su pecho. Ella también rió mientras apoyaba su frente en la clavícula del chico, para luego subir la mirada para quedar cara a cara con él.

—¿Acaso estás sugiriendo que deberíamos faltar a clase? No puedo creer que me propongas algo como eso.

—¡Yo nunca dije que tú debías hacer nada!

—Bueno, alguien debe quedarse a supervisar al demonio—remató Luka.

Chloe no podía parar de reír mientras los dos bromeaban.

—Además, creo que antes de abandonar la tierra merecemos tomarnos un día libre.

—¿Juleka no va a preguntarse dónde estás? —preguntó Chloe. Luka se giró para ver el reloj en la mesita de noche.

—No se si te diste cuenta Chlo, pero las clases comenzaron hace veinte minutos.

La chica levantó la cabeza de un golpe para mirar el reloj, y por supuesto, Luka tenía razón. Juleka ya había partido hacia la escuela y no le había hecho ni una pregunta a Luka sobre por qué se había quedado durmiendo.

Las alas de Chloe se desplegaron con emoción antes de lanzarse fuera de la cama y hacia la sala. Dejó que sus alas la levantaran unos centímetros sobre el suelo y dió un alegre giro.

Luka la miró con adoración desde la puerta de la habitación, le enterneció la alegría de la chica. Ella se mantuvo flotando a pocos centímetros del suelo, haciendo pequeños giros y vueltas en el aire ante la felicidad que le provocaba el poder rondar el departamento con libertad, sin tener que preocuparse por ser vista.

Luka la amaba demasiado.

—...y luego podemos bañarnos juntos justo como aquella vez! ¡Podemos jugar algún juego! ¡Vamos a divertirnos mucho!

Fathomless - LukloeWhere stories live. Discover now