Siempre supe que eras tú ||Libro 2|| ✔

20

—Chicos, el profesor dice que bajen todos. —entra Louis a la habitación.

—¿Ahorita?

—Sí, tomará lista de todos. Ya que mañana es el último día.

—Bien, ya bajamos.

—Está bien. Díganle a Jordan, también.

—¿Cómo? ¿Jordan no está abajo?

Louis niega. —No, no lo he visto desde hace un rato.

Qué raro. Pensé que después de que le dije que baje haría caso.

—Descuida, voy a llamarlo. —digo tomando mi celular y marcando su número.

El sonido de llamada del celular de Jordan se oye por toda la habitación.

—Lo ha dejado cargando. —dice Joshua.

—Busquemos abajo, seguro está ahí. —dice Louis y sale de la habitación.

Esperemos que sí.

Joshua y yo seguimos a Louis y los tres entramos en el ascensor.

¿Dónde estás Jordan? ¿A dónde has ido?

Los tres llegamos a la recepción y todos se encontraban en la sala, pero menos ella.

—¡Profesor! ¿Ha visto a Jordan?

—¿A Jordan? No, desde que subieron no lo he visto. —dice el profesor.

—Yo sí lo vi. —dice un compañero, era de otro salón.

—¿Dónde? —cuestiono.

—Salió del hotel.

¿Salió?

—¿Viste hacia donde se fue?

Asiente. —En dirección a los suburbios.

¿Por qué has ido sola? Puedes ponerte en peligro.

¡No! Sé que ella no se pondría en peligro porque quiere. No te preocupes demasiado, Marcus.

—Tranquilos, no sirve de nada alarmarnos. Jordan sabe que tiene que regresar a las seis. Solo esperemos.

¿Y cómo sabrá cuando son las seis? Si ni siquiera ha llevado su teléfono.

(***)

Ha pasado una hora y no hay señales de Jordan. Y estoy muy preocupado.

—¡Profesor! ¡Hemos esperado demasiado tiempo! ¡Tenemos que buscarlo! —tomo la iniciativa. Han sido dos horas de angustia y ya no soporto más.

—Tienes razón, Marcus. No permitiré que ninguno de mis alumnos se pierda. No en mi cuidado.

—¡Profesor! Bruno tampoco está.