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—Una loba como yo no está pa' tipos…

Donghyuck se encontraba en el baño arreglándose para salir con Jungwoo. La música estaba a un volumen elevado y aún así podía escuchar la voz desafinada de su amigo, lo cual le sacó una sonrisa.

Al inicio no estaba en los planes aquella salida, pero luego de acabar unas pocas botellas de cerveza, Jungwoo sintió que necesitaba más diversión. Donghyuck no podía negarse. No cuando su mayor queja en todas las vacaciones era el encierro y el aburrimiento.

La sonrisa de sus labios se deshizo cuando el volumen de la canción se redujo casi por completo, al igual que el canto de su amigo. De inmediato abrió la puerta del baño.

Dos personas estaban frente a Jungwoo. Un muchacho alto de cabello castaño… y Mark.

Donghyuck rodó los ojos y se acercó a ellos. El pelinegro se quedó viéndolo de inmediato.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó sin romper el contacto visual y ubicándose cerca de Jungwoo.

Mark no respondió, solo le dio una mirada rápida de arriba abajo.

—¡Hola! Soy Johnny. Jungwoo nos dejó entrar —expresó el muchacho que el pelinegro tenía al lado con una pequeña sonrisa—. Hmm, verás, estoy ayudando a Mark con sus últimas tareas del trabajo y queríamos preguntarte si puedes…

—Bájale a tu musiquita o llamo a la policía —interrumpió el pelinegro.

Donghyuck soltó una risa nasal.

—Qué gracioso —comentó sin darle importancia y se dirigióa Johnny, quien ahora expresaba incomodidad—. ¡Yo soy Donghyuck! ¿Eres amigo de Mark? Nunca te…

—Te estoy hablando en serio.

El moreno suspiró. Quedarse frente a la puerta era más que suficiente. ¿Por qué tenía que meterse a su casa y hablarle de esa manera?

—¡Ya entendí! Estaba por apagar todo, imbécil.

—Disculpa, ¿cómo me dijiste?

Jungwoo y Johnny quedaron boquiabiertos, pues ninguno esperaba que se iniciara una discusión tan rápido. Incómodos, mientras las voces de sus amigos se elevaban, se dedicaron a observar cualquier objeto y a alejarse poco a poco.

—¿Siempre son así? —quiso averiguar Johnny en voz baja.

—Creo que sí.

Mark sacó un teléfono de su bolsillo y Donghyuck llevó ambas manos a sus mejillas y las deslizó con fuerza hacia abajo, sacando un suspiro audible de su boca.

—¡Te estoy diciendo que ya la voy a apagar! —Quiso tomar su brazo para detenerlo, pero el pelinegro lo esquivó—. ¡Por favor, no llames!

—Eres un mentiroso.

Mientras ambos discutían, Johnny y Jungwoo se preguntaban si era buena idea meterse para ver si podían apaciguar la situación. Cuando finalmente decidieron que sí, el teléfono del amigo de Donghyuck sonó e interrumpió sus intenciones.

—¡Lo digo en serio, Mark! Estoy por salir y obviamente no voy a…

—¡Deja de gritar! —lo interrumpió otra vez. Hizo el intento de ver la pantalla de su celular, pero el moreno tomó sus manos para que no pudiera hacer nada.

—¡Entonces guarda tu celular!

—Déjame llamar. —Siguió forcejeando con el más bajo—. ¡Suéltame! 

Johnny pasaba su mirada del par peleador a Jungwoo, que se alejó hasta un rincón para hablar por teléfono y terminó por apagar la música que había vuelto a causar problemas. La casa era un desastre con todos los gritos hasta que el amigo de Donghyuck se volvió a acercar.

¡bájale! ─ markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora