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Ésto está mal... Ésto está muy muy muy mal. El misil fue lanzado e impacto contra la cúpula, la gente está en pánico, hay muchos heridos, en menos de 10 minutos la explosión se volvió noticia internacional y otros países nos imitaron.

No éramos los únicos bajo una cúpula.

El caos y la anarquía reinan en todo el mundo, hay disturbios en todos lados, los gobiernos no saben que hacer, pero lo que sucede en las otras partes del mundo ahora no es tan importante cómo lo que estamos viviendo. Frente a nosotros están los S.W.A.T apuntandonos con sus armas y amenazando con disparar al más mínimo movimiento, todo el equipo estaba con las manos en alto, fuera del búnker, rezando para que algo nos salvara de esta situación.

—¿¡Qué es eso!?

Alguien grito y todos miramos hacia arriba, del gran agujero hecho por el misil comenzó a entrar una nube de color rojo, y de ahí se escuchaban chillidos y golpeteos como de patas de cangrejo. Definitivamente algo estaba intentando entrar... Ese algo, de lo que la cúpula nos protegía... Iba a darse un gran banquete...

Unas horas antes...

Estábamos los cuatro jugando, cada uno en su PC, hablábamos y nos diviertiamos antes de el lanzamiento.

—¿Y entonces, cuál es el papel de ustedes aquí? —pregunté con cierta duda mientras apuntaba y disparaba a uno de ellos.

—Pues, la verdad no mucho, aportamos algunos cálculos, participamos en la creación del combustible y probamos los tractores.

—¿Tractores?

—Así les llamamos a unos robots parecidos a los titanes de Titan Fall, no sabemos lo que hay allá afuera... Así que, mejor prevenir teniendo ese armamento.

—Increíble, ¿y cómo consiguien los materiales y las municiones?

—Aquí tenemos desde chinos hasta alemanes, ellos nos consiguen lo que sea, ya sabes, lo típico. Realmente nos sentimos como en un cliché aquí abajo. —soltó unas carcajadas mientras me disparaba y mataba. —Atento al juego Dilan.

Realmente no podía estar muy atento, era demasiado información y tan poco tiempo para digerirla. ¿Robots de combate? Hay que pensar en la cantidad de tecnología y armas que habría que poseer para crear esas cosas.

—Y dime Dilan, ¿qué edad tienes? —preguntó Marcos, el menor de los cuatro.

—Tengo 22, ¿por qué?

—¿Sigues vírgen?

Ese comentario casi me detiene el corazón, ¿¡por qué demonios preguntaría eso!? Me avergüenza un poco decirlo pero... ¡Sí! Soy vírgen a los 22, no he sido muy afortunado que digamos...

—Para nada...

En ese mismo momento tocaron la puerta y a través de esta, sin abrirla escuchamos decir:

—¡Salgan! ¡Ya casi es hora!

Aliviado me levanté de la mesa de la PC y junto a los demás salimos de la habitación, ellos se veían emocionados, pero a diferencia de ellos yo no sentía tanta emoción. Volvió a atormentarme ese sentimiento de culpa, de que por culpa mía es aún más probable que mucha gente salga herida, que vaya a haber caos en las calles y que todo este equipo vaya a ser perseguido por la ley, hasta encontranos y encarcelarnos, o en el peor de los casos matarnos.

Al llegar al lugar del misil, todo el personal del búnker estaba reunido alrededor de éste, los científicos, guardias y demás. Frente al panel estaban Nicole y el líder de todo ésto, cuyo nombre todavía no sé. Parecían estar hablando, ojalá supiera leer labios para saber que decían, pero imaginé que no sería relevante.

Faltaban apenas unos minutos para el lanzamiento. Miré mi celular para ver la hora, ví mensajes de mi familia, preguntando dónde estaba, querían que fuera a la cena de año nuevo con ellos, desde que comencé a trabajar en mi teoría de la cúpula no he tenido tiempo para mi familia, pero ahora por fin verán que tenía razón, o que quizás... Todo fue en vano.

—Amigos... —habló él, en lo alto del lugar, de espaldas al misil. —... por fin a llegado la hora, el momento que tanto hemos esperado, por el que tanto hemos trabajado. Finalmente, demostraremos al mundo que no somos unos locos, y nos convertiremos en mártires. Pero claro, nada de ésto fue posible sin nuestro fabuloso equipo, y nuestros cuatro auto nombrados, "los forzados".

Todos se voltearon hacia nosotros y nos aplaudieron, me sentía realmente importante en ese momento. Toda gota de inseguridad se había ido. Esos aplausos me llenaron de eufória y frenesí. Sentía como mi rostro se llenaba de gran alegría, sencillamente no podía creerlo...

—Y hoy, no solo se dará inicio a un nuevo año, si no que también revelaremos la verdad. Destruiremos la mentira bajo la que hemos vivido todos estos años, así que, hagamos la cuenta regresiva, amigos míos, ¡y por un país libre de mentiras!

Todos volvieron a aplaudir, incluido yo. Y comenzó la cuenta regresiva...

5...

Por un largo tiempo de investigación...

4...

Por aguantar las humillaciones de los demás...

3...

Por ser yo quién humille a quiénes me maltrataron...

2...

Por ser alguien grande...

1...

Por mí...

El misil fue lanzado. A la par que ascendía todos salíamos hacia la superficie, los fuegos artificiales por el año nuevo estaban estallando de forma seguida y rítmica. Todo había salido de acuerdo al plan... Hasta que...

Escúchamos el sonido de unas sirenas. Nos alertamos hasta que en un momento nos rodearon camiones de los S.W.A.T y autos de policía. No tardaron en salir los soldados y los oficiales y de apuntarnos con sus armas. Todos alzamos las manos confundidos, ¿quién pudo delatarnos?

—¡Benjamin MC'Alister! —gritó un agente apuntando con su arma. —¡Queda usted y todos sus subordinados, bajo arresto por haber robado propiedad militar y lanzar un misil de forma ilegal!

En cuanto terminó de hablar, el misil explotó. Por el gran estruendo todos miramos hacia arriba. Alrededor del lugar de impacto se desprendían pedazos de vidrio y metal. Y todo el cielo comenzó a tener interferencia, como un televisor antigüo. No tardaron en escucharse gritos y las armas volvieron a nosotros.

—¡No se muevan o dispararemos!

Ésto está mal... Ésto está muy muy muy mal...

Bajo un Falso Cielo...حيث تعيش القصص. اكتشف الآن