4. ¿we belong together?

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Alma, Santiago, agosto de 2015

Me encontraba en el bar "La casa en el aire", haciendo una corta prueba de sonido para mi concierto de esa noche.

— Te amo tanto, aunque no respires, canté "Te amo tanto" una de las pocas canciones que tenía.
— Perfecto Al, ahora ve con algún cover, cualquiera.—

Canté algunas canciones de Ritchie Valens, mi más reciente obsesión, y los chicos me dejaron irme a casa para poder prepararme para el concierto.

Cuando llegué a casa noté a Álvaro desanimado.

— ¿Todo bien, Varito?— le pregunté
— Sí Al, no te preocupes.— dijo — Creo que la banda se fue al carajo, solo quedamos el Gonza y yo.

Lo miré con pena.

— ¿Por qué no llamas a los chiquillos?— pregunté — Al menos para un consejo.
— Creo que tienes razón.

Se fue pensativo a su cuarto, y yo decidí empezar a arreglarme para mi concierto. Me estaba yendo regularmente bien, tenía una pequeña audiencia que me iba a ver fielmente a todos mis conciertos en "La casa en el aire". Mi gran problema era que no tenía un manager, por lo tanto además de hacer mi música tenía que hacer toda la pega de organizar fechas para conciertos, cobrar por cada uno de ellos y demás cosas en las que en realidad era malísima.

Después de bañarme y peinarme, rebusqué entre mi ropa hasta encontrar mi conjunto para la noche, un vestido floreado corto con pantis negras, bototos negros y chaqueta de mezclilla. Todo muy grunge. Me maquillé acorde y salí de mi pieza.

Al salir noté que Álvaro tenía un ánimo completamente distinto.

— ¿Y ese cambio, Álvaro?— pregunté contenta

Él bailaba al ritmo de "We belong together" de Ritchie Valens, como si hubiera leído mis pensamientos de mas temprano respecto a que tocar. El tocadiscos sonaba mejor que nunca y Álvaro tenía una de esas sonrisas que hacían que mi corazón se saltara un latido.

— Te lo contaré después cabra chica, hoy es tú noche.— dijo — Ven baila conmigo.

Extendió su mano para que yo la tomara, al aceptar su invitación comenzamos a bailar animadamente, Álvaro me dio vueltas, pero de pronto sus manos acabaron en mis caderas y nuestros cuerpos se empezaron a juntar. Me puse nerviosa, pero no detuve la situación, porque aunque estuviera mal no quería detenerla.

—Al...— susurró en mi oído

Me estremecí ante aquel acto, involuntariamente mis caderas se impulsaron hacia adelante, provocando que nuestros cuerpos se rozaran de la manera que tanto deseaba.

Un gemido se me escapó, lo que hizo que empezara a sentir en mi abdomen el efecto que aquel sonido había tenido en Álvaro.

De pronto lo senté en el sillón y a horcajadas me senté en su regazo y lo que tenía que pasar, pasó.

Al terminar colapsé en su hombro. Él me abrazó.

— Yo... no sé si puedo seguir con esto cabra chica, no así.
— ¿A qué te refieres?
— Creo que sabes a lo que me refiero.

Levantó mi cabeza y me miró. No llegué a descifrar lo que sus ojos me querían transmitir, por lo que me dio un beso en la frente y me dejó a un lado para poder vestirse.

Me dejó en el sillón de la sala, confundida.

No podría referirse a...

No, no hay forma, han pasado años desde la ultima vez que me dijo que yo le gustaba, y yo estaba convencida de que era solo confusión de su parte.

¿Y si fuera cierto?

Más tarde nos dirigimos a "La casa en el aire" donde ya estaban el Gonza, el Mauro y la Ingrid, una chica de la que me hice amiga cuando recién llegué pues éramos dos chicas que se buscaban paso en la escena musical de Chile.

— ¡Hola chicos!— saludé con efusividad. — Gracias por estar acá.
— ¿Cómo nos íbamos a perder tu concierto?— dijo Mauro con cariño
— Bueno, pudimos haberlo hecho, las entradas se acabaron en unas horas.— señaló Ingrid

Les sonreí. La verdad estaba muy orgullosa por eso, pues simbolizaba que me estaba yendo muy bien.

— Bueno, voy a prepararme para empezar.
— ¡Suerte!— dijeron todos

Subí al escenario y respiré hondo.

— Sin firmar un documento...— comencé con mi cover de Compromiso de Cecilia la Incomparable.

La gente empezó a aplaudir.

Al terminar el concierto, saludé y me saqué fotos con un par de personas y luego me senté con mis amigos.

— Te salió lindo, Al.— me felicitó Gonza
— Gracias Gonzita.— dije
— Sí Alma, fue espectacular, sabes cómo amo los covers de Cecilia.— dijo Ingrid emocionada.

Mauro rodó los ojos. Ingrid estaba enamoradísima de Mauro, a pesar de ser mucho mayor que ella y de que él en su discurso "no estaba para nada interesado en ella", más que nada porque últimamente se portaba como viejo amargado.

A pesar de ello, vi al Mauro y al Gonza más felices que de costumbre.

— A ver, si el Varo, el Gonza y el Mauro están felices al mismo tiempo, pasó algo bueno con Los Bunkers.— razoné — Desembuchen.

Los chicos se miraron entre sí y asintieron.

— Bueno cabra chica, nos pillaste.— dijo Álvaro — Los Bunkers se vuelven a juntar para un par de conciertos.

Solté un grito de felicidad junto con Ingrid, quien también era fan de los chicos. Nos abrazamos y brindamos esa noche.

Todo estaba yendo bien, pero en cuanto me volteé un momento en dirección al Álvaro y lo vi, supe que algo no estaba bien entre nosotros. Eso me tuvo intranquila.

Las cosas que cambié y dejé por ti ~ Los BunkersWhere stories live. Discover now