16.- Síntomas extraños

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16.- Síntomas extraños.

Las cosas parecían estar bien para la relación de Julián con Guillermo... si era todavía para Lionel un poco, ¿preocupante?  el hecho de seguir recordando ciertas cosas pasadas en lo que tuvo con el Portero Mexicano...

Todavía sentía que ello podría volver a suceder pero esta vez con Julián viviendo eso.

Afortunadamente 'eso' no iba a ocurrir. Lionel seguía pensando que tal vez algunas acciones y formas de pensar en el pasado seguían latentes en su futuro. Muchos en la juventud tienden a mantener algunos comportamientos hasta el final de sus días. Otros más saben que dichas acciones no les llevarán a nada bueno y deciden cambiar.

"Yo no quiero matrimonio".

"Solo es para divertirnos".

Había recordado las palabras que le dijo Ochoa cuando se negó a ir más allá de un simple beso.

¿De verdad ya habrá cambiado?

Adoraba a Julián. Messi lo vio creer y no le gustaría que ilusionado por ese romance las cosas acabarán mal. Estaba consciente que Álvarez ya no era un niño; pero tener 22 años no lo hace un adulto experimentado. Y aunque diga lo contrario muchas acciones seguían dejando ver que el Omega seguía siendo un poco infantil.

Pero eso no importaba, Julián tenía una bonita relación. En todo momento Ochoa lo respetaba y también era atento con él. Aún viéndolo, y diciendo que confiaría... Messi no estaba todavía muy seguro de que el noviazgo terminé bien. Quería creerlo pero le resultaba difícil hacerlo.

Y ese mismo día de hablar con Julián y tras los entrenamientos realizados. Memo había pasado un rato con su novio, pasadas las horas decidió que ya debía volver a su hotel.

— Podrías quedarte aquí.— Sonrió juguetón Julián mientras lo abrazaba por el cuello.

— No, pues no dormiríamos.— Le dio un beso. Ambos sabían bien que eso era verdad.

— ¿Para nuestros partidos... ¿quieres que nos veamos después?

— Me parece bien.

— Y así celebrar, que pasamos a cuartos.— Julián había sonreído.

Tras despedirse, finalmente Memo había tomado el ascensor, apretó el botón que lo llevaría a la planta baja pero antes de que las puertas cerrarán completamente una mano evito eso. Era Lionel.

— Leo.— Aún así Memo sonrió al saludarlo.

— Guille...

Cuando las puertas cerraron para bajar, el ambiente hasta ese momento era tranquilo.

— ¿Estabas con Julián?.— Leo preguntó.

— Si, debe descansar para el partido.

— ¿Mañana es el de México contra Francia, no?.— Lo vio.

— Si...— Sonrió.— Estamos en condición.

— Espero que les vaya bien con ello.— Messi sonrió.— Aunque prefiero hablar de otra cosa.

— ¿De qué?.— Eso extraño a Memo.

Enseguida Leo acabo por apretar un botón para sorpresa de su compañero. Era el botón que evita que el elevador siga avanzando y quedándose a mitad de camino. Tras ello, en un santiamén Messi lo acorraló con sus brazos contra la pared del elevador.

Sorprendiendo más a Ochoa.

— ¿De verdad quieres a Julián?.— Lionel fue directo, pero no solo eso. Había soltado parte de su aroma.

Vainilla...

— O...— Continúo el Argentino hablando con provocación.— ¿Me quieres aún a mí?

Ahora el sorprendido fue Messi. Pues de un empujón Guillermo se apartó.

— ¿Qué intentas, Leo?.— El Portero se veía un poco molesto.

— Nada, quería probarte.— Leo se burló.

— ¿Por qué caraj-...?

— Ver si estabas con Juli por quererlo o solo para un rato.— Le interrumpió Messi continuando.— Y, veo que si lo quieres.

— ¿Piensas que solo estoy jugando con él?.— Eso lo ofendió un poco.— No mames, ya crecimos Leo...

"Ya no soy el joven idiota de hace 12 años".

Eso hizo sonreír a Lionel. Al parecer su inquietud por Julián no era exactamente una cosa de la que preocuparse.

— Entonces, cuídalo muy bien.

Apretando el botón del elevador este término su trayecto abriendo las puertas en el piso indicado, Leo salió de ahí y Memo suspiró.

Realmente adoraba a Julián por sobretodo y esas intenciones de Leo por provocar algo más no hicieron el efecto esperado.

Era verdad que ya había crecido, había madurado.

Y solamente tenía otra cosa más en la mente.

Su partido contra Francia al día siguiente.

La victoria contra Arabia le había dado a la selección tricolor una nueva confianza en si mismos, aunque en parte, Guillermo, Guardado y Lozano, no sentían que las alineaciones y formas de juego que el Tata había dicho durante el entrenamiento fueran convincentes. Pero confiarían en qué todo terminaría con la victoria.

Sin embargo, la selección Francesa estaba en otro nivel.

Kylian Mbappé, de la selección de Francia era bastante bueno, y aunque en el primer tiempo todo estaba bastante bien controlado para la selección Mexicana, la situación no podía ponerse un tanto más tensa. Guillermo había atajado uno de los tiros pero el balón no salía de su zona, no había manera de atacar a la escuadra contraria y no solamente ello.

Minutos antes del primer tiempo, a Ochoa le había llegado el celo.

Durante la mañana no había sentido más que una ligera incomodidad respecto al calor corporal. A veces uno de los síntomas del celo o que ya se avecina es ello, un cambio en el calor del cuerpo que a veces suele pasar como fiebre o sudor por algún ejercicio físico. Confundiendo el síntoma con eso último, Memo lo dejo pasar.

Su celo duraba cuatro días y era cada cinco meses... contrario al de los Omegas que ocurre con mucha mayor frecuencia al año, en su caso no era así. Y con todas las ocupaciones ni siquiera le paso por la mente ese pequeño y muy importante detalle.

El partido de Australia contra Argentina no era a la misma hora pero aún así no había forma para Julián de ver a su Alfa en el estadio. Como era de esperarse, Lionel había marcado un gol y también Álvarez... eso había hecho sentir muy bien al menor en especial por todo el cariño que sentía por Messi y más cuando su charla sobre su relación había finalizado bien.

Pero viendo en el televisor... había algo raro en Guillermo.

Un gol a favor de Francia había sido marcado casi a nada de finalizar el primer tiempo.

Ochoa no se sentía bien pues la molestía había comenzado a hacerse más fuerte.

Cuando finalizó el primer tiempo... casi de inmediato el Portero Mexicano salió fuera de la vista de las cámaras, pero había empujado a un par de sus compañeros para abrirse paso y alejarse de las personas.

— ¿Qué le pasa?.— Messi viendo en pantalla ello noto la expresión de Julián.

Claro, el joven se había preocupado. Incluso había sentido una "sensación rara" que le inquieto más.

— Debo ir a verlo...

— ¿Guillermo?.— Andrés se había acercado a uno de los vestidores donde su compañero se había encerrado.

— Aléjate...

La voz detectó lo que se temían...

Pues el aroma también se dejó ver, el celo le llegó enmedio del partido.

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Mayor que yo • Guillermo Ochoa x Julián Álvarez [FIFA]Where stories live. Discover now