Capitulo 24.

49 8 10
                                    

Capitulo 24.

Los días pasaron dejándole la gran insertidumbre encriptada en el pecho, le obligó a dormir fuera de su habitación, odiaba el olor a cereza que destilaba el cuerpo del pelirrojo, le provocaba náuseas el que se acercara. No podía más.

Pasaron tres semanas desde que Eijiro no dormía con su Omega, Denki le prohibió el paso a la habitación ya que el olor le quemaba en la nariz, sospechaba lo que pasaba pero no quería creerlo, Eijiro no haría algo así jamás ¿Cierto? No podía.

Por otro lado, Eijiro intento de todo para que el pequeño rubio le aceptará de nuevo pero se tornó imposible, no le permitía estar a su alrededor. Le miraba desde la distancia, una preocupante distancia. Le miraba sufrir de insomnio, no comía adecuadamente, y ni hablar de lo distraído que estaba en clases. Su pequeño estaba decayendo lentamente  fente a sus ojos y no podía hacer nada.

Lo estaba perdiendo, estaba perdiendo a su Omega todo por no poder controlarse, por qué sí, todo era su culpa. Sí no hubiera ido a casa de Tamaki, si no le hubiera escrito para que hablarar, si tan solo no le hubiera inyectado nada, si tan solo hubieran hablado como deberían y nada de eso estuviera pasando todo estaría en orden. Seguiría feliz con su Omega y de seguro.... Todo estaría bien.

Las noches eran las más difíciles para el pequeño rubio, las puntadas el el pecho no le dejaban dormir, su animalus se revolcava aullando sin descanso. Estaba agotado, enfermo, roto.

Era un simple cascarón que se desbarataba al paso de los días.

El sonido de su alarma le despertó de un susto haciéndole saltar en su cama, extrañaba ser abrazado y dormir unos minutos más entre los brazos del pelirrojo pero ahora era imposible ya que este dormía en el cuarto de su hermano, exhaló queriendo hacerse bolita y seguir hundiéndose en sus sábanas.

Su cuerpo bullía de una estraña fiebre que no lograba bajar con nada, los toques en la puerta le obligaron desperezarse. Debía de seguir con su rutina. Debía volver a la preparatoria y ver sus clases. Debía volver al mundo real donde no podía estar deprimiendose en cada rincón.

Camino a su baño abriendo la regadera, no le importó que su ropa se empapar, nada podía importarle ya. Las clases avanzaban monótonas y aburridas, no se percataba de nada si no se lo decían y eso le causó muchos inconvenientes durante esas semanas, esas semanas en las que evitaba a toda costa que el pelirrojo se le asercara, tanto así que escapaba cuando podía de la mirada rojiza perdiendose entre los pasillos, confudiendose entre todos los alumnos, escanpado de Eijiro.

Tomo aire luego de correr tras  Denki que esquivaba cada intento de estar cerca. Suspiró  para dejarse caer en el suelo exhausto, luego de que su respiración volvió a la normalidad frotó su rostro pensando. Estaba seguro que le vio salir al jardín cerca de la fuente donde los peses saltaban apenas se asomaba. Estaba agotado, exhausto, mental y emocionalmente. Ya no sabía qué hacer ni qué decir para arreglar todo el embrollo en el que estaba metido.

-Oye - abrió los ojos mirando como el cenizo le tendió un abotella de agua. - ¿ya estás mejor?

Eijiro no contesto permaneciendo en la misma posición, cerró los ojos derrotado, no podía. Ya no podía.

-Vamos pelos raros ya es hora de irnos.  - volvió a decir, dando una ligera patada para que se levantará. - Eijiro.

-No tengo razones para irme Bro...- formuló abriendo sus ojos para verlo.

-Si, lo sé. Ni siquiera debería de estar aquí intentando animarte, tuve que cumplir con mi papel y matarte apenas me enteré que marcaste a otro Omega que no era mi hermano.

-Todavía puedes hacerlo. - recordó.

-Pero no lo haré por qué Denki sufriría. - exclamo para sentarse al lado del pelirrojo. - ya me contaste lo que pasó, no fue tu culpa pero eso no te quita responsabilidad. - Eijiro exhaló en un desganado gruñido. - y tampoco tienes la culpa de que ese trastornado Omega te hiciera lo que hizo.

Encontré un lobo...   ¡Y es muy lindo! {Kirikami}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant