Capítulo 2

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Los dos caminaron hasta llegar a unas mesas con la familia real comiendo, Said se coloco al lado de su novia quedando un espacio junto a Isacar, el militar trató de no tocarl@ por el temor a que fuera asesinado.

Su alteza, Quaritch me dijo que era un guerrero como tu—Dijo Said pasando una bandeja de gusanos al coronel—Me dijo que esta interesado en ver como luchas y manejas el reino por estos años—Isacar miró de reojo al más pequeño para sonrojarse un poco, su padre lanzo una carcajada por su comportamiento.

Mi hij@ decía que este guerrero no se interesaria, es un hombre que sabe lo que quiere—Se dirijo a su gente riendo—Isacar pensó que no llenaria tal puesto por no conocerlo—Siguió molestando a su hij@ que ya tenía un sonrojo más notable.

Debes parar ya papa—Le tiro un gusano Isacar que le cayó en la cara a su padre, que solo empeoró aun más su risa—Deberas la bebida te hace daño.

—Said dime ¿Qué estan diciendo?—Le preguntó Quaritch curioso.

—Solo l@ está molestando—Le respondió riendo cuando Isacar se abalanzó sobre su padre para hacerle cosquillas, Muri se les unió a la broma, el mayor trataba de quitárselos de encima sin éxito—¿Y qué te parece Isacar?

—Es más alto que yo—Olio una fruta de color verde para comerla.

—Eso yo lo sé.

Said, dile a Quaritch que Isacar lo pone nervios@ su presencia—Ordenó el padre corriendo lejos de sus hijos que lo perseguían sin descanso por todo el comedor.

No lo hagas Said—Le ordenó Isacar para tomar a su padre.

La unión tan pura que tenían ellos tres es admirada por la tropa, ya que se veian felices de compartir bromas, comentarios sin importarles si los están observando o no.

—Son muy unidos—Miró como los tres cayeron al suelo riendo.

Said, dile a Quaritch que se mantendrá con Isacar para que sepa cómo funciona aqui—La familia se sentó en sus lugares—Y los demás estarán aquí aprendiendo de nuestras costumbres.

¿Qué fue lo que dijo?—Preguntó el coronel.

—Dice que estarás cerca de Isacar, osea tu objetivo en esta misión—Conteste con malicia, el coronel sonrio ampliamente para verl@ a su lado.

La comida fue entre más risas y juegos, Muri tomó a los 5 soldados para llevarselos por un túnel a quien sabe donde, el coronel se quedó quieto esperando a Isacar que charlaba con su padre, escucho unos cascidos para mirar arriba y ver a la mantis bajar colocándose al lado para tratar de tratar de no dejarlo ir.

—Dejame en paz—Camino a otro lado, pero lo siguió de giro y la detuvo con su mano—Quedate ahi, no me sigas—La mantis no le hacía caso y seguía tratando de tocarlo—Este insecto—Lo patio enojado, que la mantis parecía curiosa por un nativo que buscaba como acercarse más, el militar retrocedía lentamente—Isacar, dile a esta cosa que me deje—Le ordenó a los del frente.

Coco, ven aqui—Ordenó seri@, la mantis fue corriendo para colocarse a su lado, su padre le dio unas escrituras para señalar lo que habia escrito para irse, dicho esto se acercó al militar que parecía escribir algo para enseñarle—Tratare de aprender lo más pueda tu idioma.

—Tienes faltas ortograficas pero es comprensible—Le dio un me gusta con el dedo, Isacar sonrio para caminar a otra dirección seguido de la mantis y el coronel.

Llegaron a un sector de recolección de miel en donde estaban su tropa con Muri, los pasaron de largo para llegar a un árbol hueco de donde se escuchaban varias voces, frente a ellos una escalera los invitaban a subirla, la mantis iba de primera, llegando a las afueras de su hogar, fueron a parar a un lugar diferente al resto.

La deidad encarnada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora