Capítulo 11. UNIONES Y RESPUESTAS

56 59 0
                                    

Historia desarrollada en la habitación de Lor

—¿Qué dices querida Helen?—Preguntó Lor a la mujer con un tono dulce.—?Quieres que salga de aquí pronto? Eres muy gentil.
El vampiro estaba acostado en su cama. Su hermosa compañera estaba acurrucada en su pecho. A pesar de no tener voluntad propia era como si en verdad quisiera estar ahí.
—No te culpes por involucrarte conmigo.—Seguía hablándole mientras le acariciaba el cabello.—Me diste un hijo, gracias a eso puedo perdonarte cualquier cosa.
La mujer tenía la mirada perdida, estaba recargando todo su peso en el viejo cuerpo de su amante.
Las muñecas en sus manos parecían lastimadas, como si alguien las hubiera tomado a la fuerza.
—Nuestro hijo lo ha hecho bien.—La tomó de la barbilla para mirarla a los ojos.—Tu vientre creó un maravilloso ser. Cuando logre recuperarme le enseñaré como usar sus poderes y me ayudará a someter al mundo.
La risa que lanzó el vampiro después de esas palabras fue muy macabra y fuerte. Tanto que lastimó los oídos de Helen y estos comenzaron a sangrar ligeramente.
Lor se percató de eso e interrumpió el discurso para pasar su lengua a través de los oídos de su compañera. Lamió la sangre con mucha delicadeza.
—Tu sangre es un deleite querida Helen.—Sus ojos brillaron tras recibir el líquido en sus sistema.—Me hace tanto bien como desde el día que me enamoraste... quisiera beberla un poco más...

Historia desarrollada en "el manicomio"

Los tres jóvenes entraron en la primera puerta que vieron después de brincar la cerca.
Era muy pequeña y Airet la tuvo que forzar para entrar.
La habitación a la que llegaron era muy obscura, les dificultaba la visión a ellas pero el vampiro veía perfectamente.
—¿Qué estamos buscando?—Preguntó Airet para adelantarse al plan.
—Una salida, policías, algún escondite...—Le respondió Darinka aún temerosa por la situación.
Airet las guió hacia la siguiente puerta. Caminando abriéndose paso entre algunas mesas amontonadas así como basura en el suelo.
Al atravesar se encontraron con un lugar que no era muy reconfortante. Los pasillos eran largos y había varias puertas entre ellos. Era muy silencioso, no pudieron encontrar a nadie que les diera seguridad o ayuda.
Caminaron lentamente intentando elegir alguna de las puertas.
Los tres se sumergieron en suspenso. Nunca habían estado en ese lugar y deseaban salir de ahí para escapar a sus casas.
Caminaron hasta la puerta del fondo por elección de Airet, creyó que esa podría llevarlos a una salida.
Su plan no funcionó tan bien. Desde ese lado pudieron ver como varios hombres de negro ya se habían infiltrado a ese lugar para continuar su persecución
Eliz y Darinka regresaron por el camino sin dudarlo. Airet se quedó ahí creyendo que podía hablar con ellos para saber la situación pero no lo hizo, al final siguió a sus compañeras hacia el pasillo de las puertas.
Las dos chicas atravesaron una puerta al azar, cruzaron la que estaba al centro del lado izquierdo. La adrenalina les hizo tomar fuerza de su interior para forzarla y entrar.
Entraron y no les importó mucho lo escalofriante que se veía, solo pensaban en escapar.
Era una habitación muy poco iluminada, el piso era rocoso al igual que las paredes. El techo estaba muy bajo y en general el espacio era muy poco. Lo único que podían hacer era bajar por unas escaleras de caracol.
Al bajar la situación no mejoró. El escenario estaba en las mismas condiciones solo que esta vez había varias celdas como si de una prisión se tratara.
Caminaron lentamente tratando de investigar un poco. Al hacerlo pudieron comprobar que las celdas estaban vacías y muchas abiertas. Había sangre en el piso y ropa sucia en cada una, como si se hubieran cambiado antes de salir.
Continuaron hacia el final del pasillo, ahí había una puerta más dura y controlada por un sistema de seguridad mayor.
No pudieron entrar pero observaron a través de un cristal redondo en la parte alta de la puerta, era una ventana para ver del otro lado.
No pudieron ver mucho pues la obscuridad lo impedía.
—¿Por qué vinieron aquí?—Les preguntó Airet con un tono de reclamo.
—¡Nos asustaste!—Gritó Darinka después de brincar por el susto.—Fue la primera puerta que se nos ocurrió.
—¿Crees que puedas abrir esta puerta?—Le preguntó Eliz con su tono gentil característico.
Airet no se preguntó si era buena o mala idea, simplemente quiso hacer lo que le pidió.
Se acercó y con un poco de esfuerzo logró empujar la puerta hasta que se abrió. Al hacerlo la rompió, pero logró su objetivo.
—Tienes mucha fuerza, eres anormal.—Comentó Darinka sorprendida por las habilidades de Airet.
La joven se mostró temerosa ante su compañero, al sentir esa diferencia no pudo evitar sentir desconfianza y así lo hizo notar con su mirada.
Por el contrario, Eliz se mostró fascinada por esas características y también lo hizo notar al mirarlo. Lo tomó de la mano y le susurró "Gracias"
Airet no pudo evitar sentirse halagado por aquello y sonrió.
Darinka fue la encargada de interrumpir ese momento mágico pues avanzó por la puerta corriendo.
Sus compañeros la siguieron y entraron detrás de ella.
Este lugar era muy distinto a los anteriores, parecía un laboratorio con un equipo muy moderno al que conocían. Había varias pantallas que mostraban varios sitios, el más notorio era un espacio con varias celdas pero con mucha más seguridad.
Dentro de esas celdas estaban lo que parecían personas normales pero en pésimas condiciones. Muchos de ellos casi en los huesos, ojerosos, con la mirada perdida, pálidos y caminando en círculos.
Los chicos se quedaron impactados tras dicha escena. No sabían cómo explicar lo que veían.
Pudieron reconocer que había más hombres de negro custodiando las prisiones. Lucian indenticos a sus persecutores por lo que dedujeron que eran sus compañeros.
Los chicos seguían viendo las cámaras, todas mostraban las celdas y a las personas que estaban dentro.
Al examinarlas pudieron ver los distintos comportamientos que tenían. En un instante pasaban de su actitud pacífica a una más violenta en la que impulsaban sus cuerpos contra los cristales que los retenían.
También pudieron ver como algunos de estos comenzaban a cambiar en sus rasgos físicos. La cabeza se hacía más grande, sus rostros cambian de forma como si fueran una bestias asesinas. Sus dientes crecían al grado de deformar sus bocas y romper sus labios. Los ojos se habían grandes y tomaban un color negro.
Las cámaras les permitieron ver a detalle todo eso. Incluso tenían audio, escucharon como a raíz de ese cambio el personal médico entraba para presionar un botón y liberar un gas verde que los relajaba y los devolvía a su condición humana.
—¿Qué es eso?—Preguntó Darinka con un tono aterrado.—¿Esos son los locos de este manicomio?
—¡Son espantosos!—Gritó Eliz quien también se había asustado al verlos.
Airet mantuvo su actitud a raya, a pesar de también estar sorprendido y asustado no dijo nada, solo se mantuvo expectante.
Al analizar pudo reconocer al jefe de seguridad de su padre quien estaba junto al cuerpo médico controlando a los aparentes humanos. Ezequiel estaba dando órdenes a todos.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Susurró en cuanto lo vio.
Lo perdió de vista rápidamente pues él y el cuerpo de médicos salieron de la habitación perdiéndose de las cámaras.
—¿Qué son esas cosas?—Seguian los gritos por parte de Darinka.—¡Son unos mounstros!
Su crisis se extendió cuando al fondo de la habitación se escuchó que alguien abría la puerta.
Los tres se alarmaron y se escondieron debajo de las mesas que sostenían las pantallas.
Airet pudo reconocer que el que entraba era precisamente Ezequiel con los médicos que había visto a través de la pantalla.
Al verlo, no quiso esconderse y se quedó ahí para encararlo.
”Usdes dos quédense ahí, no salgan por ningún motivo. Yo me encargo.
Estas fueron las indicaciones para sus compañeras quienes se quedaron ahí en silencio rogando por no ser descubiertas.
Ezequiel avanzó en esa dirección pero fue interceptado por el joven vampiro que se paró enfrente de él.
—Airet, ¿Qué carajo haces aquí?
El jefe de seguridad no pudo evitar ser sorprendido por su joven amigo quien no tenía idea de aquel lugar.
—Lo mismo te pregunto yo. ¿Qué es todo esto?
Darinka y Eliz se quedaron sorprendidas al ver que su compañero conocía a aquellos hombres, pero no dijeron nada. Esperaron ahí deseando que las pusiera a salvo.
—¿Qué haces aquí?, ¿cómo entraste?—Siguió preguntando aún sorprendido.
—Tú me debes la explicación a mi.—Le respondió con un tono retador.—¿Qué carajo es todo esto?
Ezequiel lo miró y sonrió.
—Siempre has sido un pillo.—Lo tomó del hombro para señalarle todo.—Esto es un laboratorio de tu padre.
Airet se quedó sorprendido con la respuesta pero nada satisfecho.
—¿Cómo qué un laboratorio?, ¿por qué no lo sabía?
—Porque tu padre no te lo dijo.—Le dijo más serio.—Él tiene muchos secretos y es su decisión tenerlos.
El vampiro lo miro aún desconcertado, su orgullo le hacía querer saberlo todo y se olvidó por completo de sus amigas que estaban escondidas.
—¿Qué hacen en este laboratorio?—No bajó ni un momento la mirada, intentaba retarlo.
—Ok, te voy a contar todo... hace 17 años tu padre arrasó con toda la población, pero él no contaba con que le sucedería aquella maldición y que no podría cazar más. Cuando el se alimenta de un humano debe matarlo o este comenzará a tener un cambio en su esencia. Tendrá habilidades similares a un vampiro, es el precio por el vínculo que tu padre paga por alimentarse. Digamos que se vuelven parte de él, un lazo que lo une.
Hasta ese día todo lo teníamos controlado, si él no los asesinaba nosotros lo hacíamos para evitar que ellos se convirtieran en esto. Pero ese día se dió cuenta que necesitaba sangre y que no podía hacerlo por el mismo y si nosotros íbamos de pueblo en pueblo, el gobierno se daría cuenta de todo y atacagian a tu padre, por eso se le ocurrió a Ismael que todos los habitantes del pueblo no debían morir pero tampoco debían convertirse en esos seres. Necesitaban seguir siendo humanos y así producir más sangre, líquido que nosotros estaríamos drenando de ellos para alimentarlo. Así es Airet, es un plan secundario de alimentación para él. Cuando se acaba la sangre fresca los drenamos y se la enviamos. Producen muy poca y cada vez es menos, no podemos seguir conteniendolos por más tiempo. Si nuestro plan funciona y espero que si, no tenemos necesidad de esto más.
—Entonces ¿Son los habitantes de hace 17 años?—Preguntó mientras miraba por la cámara.—¿Cómo pueden evitar que se transformen?
—Isamel creó un suero que les administramos cuando comienzan a tener síntomas de transformación.—Giró para él también mirar por las cámaras.—Ocurre muy pocas veces y no siempre funcionó, pero ahora tenemos más control y pudimos mantener a casi todos los habitantes.
La conversación se vió interrumpida cuando varios hombres de negro enteraron al laboratorio. Eran los mismos que habían estado persiguiendolos.
—¿Qué sucede?—Preguntó Ezequiel molesto.
—Perdon señor pero hemos encontrado a la chica.
—¿Dónde está?—Se mostró desesperado.
—Entró a los laboratorios desde la parte trasera de la escuela.—Le contestó acelerado.
En ese momento Airet recordó que estaban ahí sus compañeras y sin entender aún que Eliz era la chica que buscaban para salvar a su padre, se avalanzó hacia los hombres de negro para detenerlos.
—¡Rápido, salgan de aquí!
El joven vampiro les dió la indicación y sus amigas salieron corriendo de ahí sin mirar atrás. Lograron cruzar la puerta y salir de ahí.
—¿Qué has hecho Airet?—Preguntó Ezequiel molesto.
—Estos idiotas se metieron a la escuela sin ningún motivo y comenzaron a seguirlas.
—¿Te has vuelto estúpido?—Le gritó mientras se acercó a él para contenerlo.—¡Esa chica tiene el corazón que tu padre necesita para sanarse!
Al escuchar eso, Airet se detuvo y lo miró a los ojos.

Historia desarrollada afuera del manicomio

Eliz y Darinka corrieron nunca antes en sus vidas. Recordaron cómo llegaron ahí y siguieron el mismo camino para salir de ahí.
Lo hicieron sin mirar atras aprovechando la oportunidad que les dió Airet.
—¡Por fin estamos fuera!—Exclamó Darinka tratando de recuperar la respiración.
—Aún no estamos a salvo.—Le respondió Eliz en la misma situación.—¿A dónde vamos?
Las chicas se detuvieron para recuperar el aliento y diseñar un nuevo plan.
Cuando se disponían a irse, unos hombres llegaron y las capturaron después de rodearlas.
Las chicas Intentaron resistirse pero fue en vano, los hombres las habían aprisionado por completo.
—Por fin las tenemos.—Exclamó uno de ellos.—Vamonos de aquí, el jefe estará contento.

Hijo de sangre Where stories live. Discover now