2. Camarones

506 108 3
                                    

—Apo ¿Dónde están las llaves del estante? —Mile buscaba de arriba abajo en los cajones y gabinetes en el pequeño cubículo, entre los montones de papeles sobre su escritorio, incluso dentro del pote de la basura

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Apo ¿Dónde están las llaves del estante? —Mile buscaba de arriba abajo en los cajones y gabinetes en el pequeño cubículo, entre los montones de papeles sobre su escritorio, incluso dentro del pote de la basura.

—¿Eh?

Mile rodó los ojos, exasperado

—Las llaves del estante de atrás. Donde se guardan las proformas para los clientes de paquetería. Ayer tú fuiste el único que las usó.

Apo hizo una mueca rara con la boca y arrugó la frente como concentrado en recordar las benditas llaves y después de unos segundos su cara se tornó roja como un tomate y sus cejas se alzaron hasta casi alcanzar la raíz del pelo, a la vez que abría la boca en una perfecta O.

—Las puse en el bolsillo de mi pantalón —respondió apenado.

—Entonces dámelas.

—Esto... era el pantalón que traía puesto ayer.

—¿Me estás diciendo que te llevaste las llaves a tu casa y las dejaste olvidadas?

—S-sí.

Fue inconsciente el haber dejado las llaves en su casa. Ni siquiera recordaba que se las había llevado y cuando llegó a su hogar, solo quería dormir hasta la eternidad por el cansancio.

—Eres un completo idiota Apo Nattawin. Ahora ¿Cómo voy a abrir el maldito estante? Necesito enviar las proformas antes de la reunión de esta tarde o no vamos a cerrar el trato con los de la oficina de correos.

Ahí estaba otra vez, el ogro gruñón de hace tan solo unas horas. Con las venas del cuello resaltadas por la ira y gritando incoherencias mientras hacía ademanes raros con las manos y movía la cabeza de un lado al otro como si tuviera piojos.

Daba miedo, pero también era gracioso y secretamente... muy secretamente a Apo se le hacía adorable.

—Iré por el repuesto a la oficina del conserje. No te enfades tanto que te van a salir arrugas. —Apo se arrepintió al instante de lo que dijo.

—A mí no me salen arrugas. Mi cara es perfecta, todo yo soy perfecto. ¡Sólo mírame idiota!

Apo tomó la sabia decisión de no decir nada más y salir corriendo de la oficina antes de que el volcán Mile hiciera erupción. Justo cuando la puerta se cerraba detrás de él, una engrapadora voladora se estrellaba contra la madera a la altura de la que debió ser la cara de Apo si siguiera ahí de pie.

En el extremo izquierdo de la oficina Ta hacía un gesto de victoria con el puño cerrado y una sonrisa triunfal.

Almorzaría gratis ese día.


Chat grupal

Nannakun: Quiero camarones en salsa blanca del restaurante del centro, para almorzar. 😋

Al volver de la oficina del conserje con la llave de repuesto, Apo se veía agitado, con el cabello pegado a la frente por el sudor, de seguramente haber corrido por los pasillos en busca del hombre. La piel del cuello le brillaba y las venas en el dorso de sus manos resaltaban por la fuerza de sus puños cerrados, jadeando por aire para sus pulmones y la camisa empapada en sudor, pegada al pecho.

Jeff miraba disimuladamente por sobre el hombro de Nannakun, con una sonrisa de medio lado y un brillo malicioso en la mirada.

Mile se le había quedado viendo al recién llegado, observándolo de pies a cabeza y tragando grueso, con un leve temblor en las manos y una muy poco disimulada mordida a su labio inferior, sin mencionar el leve tono rosa en sus mejillas. Gestos que duraron una mínima fracción de segundo, como para que alguien pudiera notarlo, pero el más joven, había sido testigo de ello y no era la primera vez.

Cada quien siguió en su rutina después de eso.

La mañana pasó y el almuerzo llegó. Ta comió mariscos hasta que casi le salían por los oídos y resoplaba con el estómago a punto de reventar.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
ApuestaWhere stories live. Discover now