Capítulo 5 🌼

498 43 0
                                    

Kol:

Decidimos pasar la noche en la mansión, han pasado muchas cosas locas hoy y Cassie necesita descansar en un lugar seguro.

No hay rastros de mis hermanos por lo que vamos de inmediato a la habitación, la recuesto en la cama con cuidado y le doy una camiseta para que duerma más cómoda.

Comienzo a repasar todo lo que ha pasado desde que me quitaron la daga, lo mejor de ello ha sido tener a Cassie otra vez.

No voy a mentir, me asusta su lealtad hacia Stefan. El hecho que este dispuesta a sacrificar todo por él, incluso a si misma. Nunca había visto esa clase de amor incondicional, lo curioso es que el se siente de la misma forma por ella.

Sé que Stefan Salvatore haría lo que sea para que Cassie este a salvo y sea feliz.

Esta tumbada en la cama con mi camiseta puesta, su cabello recogido en un moño desaliñado. Sus ojos luchan por mantenerse abiertos, pues esta cansada. Mi corazón late con fuerza cada vez que estoy con ella, es la mujer que quiero en mi vida.

Mientras la observo me doy cuenta que también estoy loco de amor, pues sacrificaría a quien sea con tal de verla sonreír.

—Hey, Kol —su voz me trae a la realidad—. ¿Estás bien?

—Si, claro —le respondo de inmediato—. Solo estaba perdido en mis pensamientos.

—¿Es sobre lo que hablamos? No quiero que pienses mal, entre Stefan y yo...

—No es eso, no me molesta tu amistad con Stefan —la interrumpo—. No tendría porque molestarme, tu debes escoger a tus amigos y yo debo aceptarlos.

—Entonces, ¿qué pasa? —cuestiona—. Estás actuando extraño.

—Tengo un presentimiento de que algo malo ocurrirá —admito luego de un rato—. Estaba pensando en algo, tal vez podríamos irnos a otra ciudad.

—¿Qué? —exclama.

—Sé que no vas a querer dejar a Stefan solo, pero es solo que cada vez estamos más cerca de salir heridos o muertos —le digo con sinceridad—. Deberíamos pensar en nosotros, vivir nuestra vida juntos.

—Me estás pidiendo que huya contigo —asume—. Ahora que encontré a mi mejor amiga viva, mi mejor amigo esta en un trato extraño con Klaus y tus hermanos buscan la cura —enumera con los dedos—. No creo que sea el momento para irnos.

—Eso es, sigues pensando en todos los demás menos en ti, menos en nosotros —enfatizo, se cruza de brazos—. No podemos quedarnos aquí a esperar que la bomba nos explote en el rostro.

—No, pero puedo quedarme para intentar que no explote.

—Alguno de nosotros va a terminar muerto, lo sabes.

—¿Qué ocurre? Nunca te molestó el que nos quedáramos en medio de todo este caos —reclama con seriedad—. Somos seres sobrenaturales, siempre estaremos rodeados de peligro.

—Me he dado cuenta que en cualquier momento podría perderte, si no llegamos te hubieras desangrado —mis ojos se cristalizan levemente—. No puedo imaginar una vida sin ti en ella.

—Haré mi mayor esfuerzo por no morir, pero no me puedes pedir que abandone a los que amo —se acerca y acuna mi rostro entre sus manos—. Nos protegeremos entre todos para salir vivos de esto, cuando encontremos la cura nos iremos.

—¿Lo prometes? —pregunto en un susurro, asiente—. Mis hermanos encuentran la dichosa cura y nos marchamos, sin importar que.

—Sin importar que —repite—. Podríamos recorrer Europa.

ᴍʏ ᴛᴇᴀʀꜱ ʀɪᴄᴏᴄʜᴇᴛ | ᴋᴏʟ ᴍɪᴋᴀᴇʟꜱᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora